Ignacio Mier Velazco lanza refritos, desde medios que se editan en la Ciudad de México, con pólvora mojada
Sin el valor suficiente para decir “esta boca es mía”, distinto de las respuestas puntuales y frontales que ha dado Miguel Barbosa Huerta a sus excesos y afrentas a la ley, a Puebla y los poblanos, el coordinador de los diputados federales de Morena, Moisés Ignacio Mier Velazco, destila su hiel a través de ataques velados contra el gobernador, con datos falaces que antes quiso utilizar, sin éxito, el finado ex mandatario Rafael Moreno Valle Rosas.
El legislador ha lanzado refritos, desde medios que se editan en la Ciudad de México, con pólvora mojada que lo más oscuro del morenovallismo utilizó contra Barbosa y su familia, en los tiempos de la campaña electoral de 2018. Ello pinta a Moisés de cuerpo entero.
Los ataques, además nos advierten compañeros reporteros de la capital del país, probablemente seguirán, pues en las redacciones de otros medios de allá rondan peticiones para ello, aprovechando la posición que Moisés tiene en San Lázaro.
El amigo y socio del presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) morenista, Mario Martín Delgado Carrillo, comienza a entender, finalmente, que no estará en la carrera por la sucesión en Puebla. Y se frustra.
Comienza a caer en la cuenta de que aquellos, que lo vieron como posibilidad, han visto sus débiles credenciales y ausencia de autoridad moral, para aspirar a dirigir el rumbo de un estado noble y de grandeza humana, como Puebla.
Además, hay una estela inocultable de señalamientos en investigaciones sobre lavado de dinero y evasión fiscal, por mencionar dos presuntos delitos, que moralmente lo inhabilitan.
En la Cuarta Transformación (4T) de Andrés Manuel López Obrador no hay cabida para gente de esa circunstancia, con involucramiento y menciones en posibles delitos de gravedad.
Ahora bien, suponiendo sin conceder que al Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y sus dirigentes actuales eso no les importe, que la moral y la honestidad sean accesorios y no obligaciones, entonces tampoco Moisés resiste la prueba de las posibilidades.
De acuerdo con las mediciones hasta ahora conocidas, de Massive Caller y la empresa Indicadores, el diputado federal no supera ni siquiera 12 por ciento, en el mejor de sus escenarios, de menciones como posible aspirante.
Está en el más profundo de los sótanos políticos.
De ahí su malestar, de ahí su rabia, de ahí su interés de atacar a Barbosa.
No tiene la capacidad de entender que su condición es producto de sus malas decisiones, de sus dudosas conductas y de sus limitaciones.
Por cierto, no se atreve a usar su propio periódico, Diario Cambio, y busca otros que se editan en la Ciudad de México, para sus ataques.
Barbosa le ha contestado directamente cada denuesto.
Moisés no tiene los arrojos para decir “esta boca es mía”.