El objetivo de este año es tratar de que no se mueva la economía de las mujeres, siendo un poco más flexibles por las condiciones laborales de la pandemia.
Grupos de colectivos feministas, asociaciones de mujeres y organizaciones sociales convocaron a un paro nacional para el 9 de marzo, bajo el lema “#Undiasinnosotras en la Economía, ¿no nos quieren escuchar? Produzcan sin nosotras. Ni un peso de una mujer se mueve”, que busca replicar el movimiento de 2020 que visibilizó el trabajo no remunerado y el empleo informal.
Arussi Unda, vocera del colectivo Las Brujas del Mar, que en 2020 convocó al primer paro nacional, aseguró que en aquella ocasión se provocó una afectación de 40 mil millones de pesos. Y para este año, un día después de la marcha del 8 de marzo por el Día Internacional de la Mujer, buscarán de nuevo visibilizar la importancia femenina en la economía del país a través del paro Un Día Sin Nosotras 2022.
La idea es propiciar un paro económico y no tanto un paro laboral. “Tratar de que no se mueva la economía de las mujeres, siendo un poco más flexibles por las condiciones laborales de la pandemia. Para el caso de las mujeres, hacer pagos y compras un día antes o después. A las que les toca viajar en transporte público eso no se puede, pero sí que en lugar de comprar comida puedan llevarla desde casa”.
Yndira Sandoval, de Las Constituyentes CDMX, dijo que para las mujeres ha sido difícil el contexto de la pandemia. “La convocatoria es que incluso este #9M puedan realizar un paro hasta de brazos caídos dentro de los hogares porque ahí fue donde se incrementó la violencia en la pandemia”.
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En el paro de 2020, especialistas e instituciones bancarias como BBVA estimaron que el impacto de que las mujeres no acudieran a laborar en un día fue de entre 34 mil y 43 mil millones de pesos, considerando que las que tienen un trabajo remunerado generan 23 mil 200 millones de pesos diarios, mientras que las realizan actividades no remuneradas aportan más de 11 mil 300 millones.
Los sectores más afectados por el paro fueron el educativo, el de salud y el de la asistencia social. Le siguieron el turístico, el de esparcimiento, el de comercio y el de limpieza. Según cifras del Inegi, en México más de 22 millones de mujeres se emplean en algunos de esos sectores.
La Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado reportó que 500 mil burócratas también se unieron al paro de hace dos años.
En el sector privado, empleadas de Walmart México, Librerías Gandhi, BBVA, HSBC, Banxico, Citibanamex, Grupo Salinas y Volkswagen se adhirieron al movimiento. El trasporte público reportó una reducción de 40 por ciento en sus usuarios.
Sandoval confió en que este año el efecto será mayor, dado que la pandemia agravó aún más las condiciones de las mujeres.
Arussi Unda agregó que en esta ocasión la movilización buscará la unidad de todas las colectivas a fin de presentar un decálogo con diez demandas irrevocables ante la regresión que ha ocurrido en los tres primeros años de la Cuatroté.
“Estamos unificando las demandas de todas ante la polarización del país y entre todas presentaremos un decálogo irrevocable del que haremos balance en 2023. Es un pliego de demandas como que se le otorgue presupuesto a la atención de cáncer cervicouterino, se acabe el recorte a estancias infantiles, se asuma el 3de3 contra la violencia para que ningún agresor tenga un cargo político, se otorgue autonomía al Instituto Nacional de la Mujeres, se analice el tema del alquiler de vientres (gestación subrogada) y se enfrente la violencia vicaria”, indicó Unda.
En su balance, Sandoval consideró que en los tres primeros años de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador hubo “un retroceso marcado, un desmantelamiento de políticas públicas dirigidas a la erradicación de las brechas de desigualdad y prevención de la violencia” donde las más afectadas fueron las mujeres.
También “una pronunciada reducción de presupuestos dirigidos a distintos rubros, ante la vulneración del estado laico que amenaza y criminaliza los derechos humanos sexuales de las mujeres”.
Enfatizó que no se puede dejar de pasar que también hay una creciente criminalización de la protesta a la persecución y la estigmatización del movimiento feminista, que atenta contra la libertad de prensa y de expresión.
En ese escenario, dijo que el poder legislativo se ha desdibujado frente a un “presidencialismo absolutista” y que también hay intervencionismo de las iglesias en la vida pública.
La convocatoria para la movilización ya se lanzó en 15 entidades. Las organizadoras pidieron a las asistentes portar el color morado por la lucha feminista, el verde por el derecho a decidir y el negro por la resistencia.