Tan sólo de diciembre de 2019 a este mes mil 12 menores desaparecieron (574 mujeres y 435 hombres).
La desaparición y no localización de ocho mil menores de edad en los últimos 14 años podría estar ligada, en gran medida, al crimen organizado, denunció Juan Martín Pérez, director ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim).
De 2006 —cuando el gobierno federal le declaró la guerra al crimen organizado— hasta el 13 de noviembre de 2020, la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) de la Secretaría de Gobernación (Segob) registró 10 mil 690 menores de 0 a 17 años en calidad de desaparecidos y no localizados.
Sin embargo, es a partir de los 12 hasta los 17 años cuando la cifra comienza a elevarse, pues de 2006 a dicha fecha cerca de 8 mil 169 menores de edad pudieron haber sido reclutados por el crimen organizado, de los cuales 3 mil 484 son hombres y 4 mil 685 son mujeres. Tan sólo de diciembre de 2019 a este mes mil 12 menores desaparecieron (574 mujeres y 435 hombres).
CONTRASTE ENTRE ENTIDADES
Los estados con más menores de edad desaparecidos y no localizados son Tamaulipas, con mil 429, seguido del Estado de México, con mil 428; Jalisco (798), Nuevo León (793), Puebla (728), Sonora (534), Ciudad de México (516), Chihuahua (464), Veracruz (440) y Sinaloa (439), mientras que los que menos registrados en esta condición tienen son Tlaxcala (11), Baja California Sur (12), Campeche (17) y Tabasco (38), de acuerdo con una consulta realizada al registro de la CNB. Juan Martín explicó que existen diferentes tipos de reclutamiento forzado, la mayoría de los menores cooptados, de entre 14 y 17 años, son utilizados como informantes o halcones, algunos otros, dependiendo de su constitución física, pueden ser utilizados para el sicariato y los de menor edad son explotados, por ejemplo, en los cultivos de droga y, en el caso de las mujeres, como esclavas sexuales o para infiltrarlas en los bandos antagónicos.
Explicó que en el caso de los niños pueden ser usados como trabajadores. Sobre el tema del sicariato, explicó que no todos los adolescentes son incluidos debido a que son más volátiles y al estar armados representan un riesgo para los grupos criminales, “o a menos que los quieran utilizar como distractores para que los maten”.
Según cifras de la Redim, de enero a septiembre de este año fueron víctimas de homicidio mil 777 niñas, niños y adolescentes. Muchas veces los mandan al frente para detener un poco a las fuerzas de seguridad mientras los adultos escapan.
Juan Martín lamentó la situación, pues los menores en manos del crimen están expuestos a todo tipo de abusos graves, como tortura, violación sexual, daños físicos y la muerte. Por su parte, el criminólogo y médico en el Instituto de Ciencias Forenses (Incifo), Jorge Olivares, resaltó que cada menor reclutado por el crimen organizado debe cumplir con cierto perfil y cuando no cumplen con el perfil para el que fueron cooptados, los asesinan.
Resaltó que el crimen organizado ha puesto sus garras sobre los menores de edad debido a que, por ejemplo, en caso de ser detenidos como máximo pueden permanecer hasta cinco años en centros de internamiento para adolescentes.
EL PERFIL
El criminólogo lamentó que gran parte de los menores reclutados por el crimen no tienen una figura paterna o la tienen, “pero es el típico sujeto irresponsable, adicto, violento contra su entorno y, específicamente, contra las mujeres o bien, está vinculado a la delincuencia.
También ejemplificó que muchas ocasiones los padres trabajan y los adolescentes tienen “amistades” que los empiezan a jalar a las adicciones. “Primero es el tabaco, luego la mariguana y la cocaína y de alguna manera los enganchan y tienen que conseguir recursos a toda costa para sus drogas”, dijo Olivares.