Esmeralda, al tiempo que caminaba le aconsejaba a su hermana más grande: “No debemos de ser envidiosas, debemos de compartir, aunque algunos nos traigan y a otros no”.
“Ya sé que cuando comemos las uvas a los pocos días llegan los Reyes Magos, el otro año le pedí al Niño Dios y los Reyes que trajeran para mis primos y para mí, pero solo me trajeron a mí y eso me pone triste”, relata una niña de apenas cuatros de edad.
El día de Reyes es una fecha que a los adultos les preocupa, pero a los niños les quita el sueño y los emociona, el corazón se les vuelve sensible y algunos se acuerdan de sus semejantes como Esmeralda.
Desde la mañana del 5 de enero, le preguntó nuevamente a su madre si este día por la noche vendrían los Reyes como se la habían prometido, al recibir la respuesta positiva no dudo en verificar si la carta que puso en el árbol se la habían llevado los Santos, pasada la tarde pidió en repetidas ocasiones que la bañaran, porque cuando arribaran los Magos ella tenía que estar limpia y muy bien portada.
Antes de dormir solitaria se acercó al altar y murmuraba entre dientes al Niño Dios, sus padres y su hermana desconocieron la plática misteriosa.
La mañana del seis de enero su reacción fue poco común, antes de apreciar la bicicleta y el patín que tanto anhelaba, acudió a la casa de sus primos a ver si el Niño Dios le había cumplido el milagro.
“Yo le pedí al Niño Dios que trajera juguetes a mis primos Alex y Camila, pero no me hizo caso, siempre me traen solo a mí, ¿porque es injusto?, a todos nos debe traer porque todos somos hijos de Dios”.
Esme como quiere que la nombren sus padres de cariño, se puso sus calcetas y colocó sus zapatitos que estaban debajo del árbol, pasada las 10:00 horas pidió a su hermana Gema que fueran a buscar a sus primos, quienes para este año no fueron tomados en cuenta por los Reyes.
Al tiempo que caminaba le aconsejaba a su hermana más grand: “No debemos de ser envidiosas, debemos de compartir, aunque algunos nos traigan y a otros no”.
Los papas de Alex y Camila, trabajan de obreros, su sueldo apenas alcanza los 700 pesos, sin embargo ellos cada año tratan de comprar los regalos del 6 de enero, pero los gatos y pagos que realizan por semana, poco les da para estos lujos.