«A veces arriesga uno su vida, pero, este trabajo se hace con mucha pasión, con mucha dedicación».
«Pá, yo quiero ser brigadista” son las palabras que llenan de satisfacción a Francisco Espinosa, jefe de la brigada Coyote de Tlachichuca, dedicada al combate a incendios forestales en la entidad.
“Es un orgullo para mí, porque mi hijo hace sus dibujos o me dice: pá yo quiero ser brigadista, uno siente ese orgullo, esa satisfacción, sabiendo que hay la oportunidad de cursar muchas carreras y su ilusión es ser brigadista, es un orgullo”, relata, mientras hace evidente el amor que tiene hacia su pequeño hijo.
Con diez años dedicado al combate al fuego en zonas boscosas, anteriormente se desempeñaba como guía de montaña. “Siempre me ha gustado la montaña” afirma, con ese gusto de quien trabaja en su pasión. “Me apasiona ser guía de montaña, me fascinan las montañas y ser brigadista es una pasión”.
Disciplina, condición física, serenidad ante riesgos, fortaleza para enfrentar climas extremos y ejercer el liderazgo, son las cualidades que lo han llevado a encabezar a su equipo, mismas que ha adquirido a lo largo de su trayectoria, en la cual se incluyen seis años como policía militar.
Para él, un líder debe tener iniciativa, ir frente al grupo, enseñar a los nuevos brigadistas lo que deben o no hacer; transmitir los valores del trabajo y generar lazos de respaldo con su grupo, algo vital para enfrentar los riegos que conlleva el combate a los incendios de zonas arboríferas.
“El cambio de la dirección del viento, es muy riesgoso o cuando el fuego sube la pendiente, en esas dos situaciones nos hemos visto acorralados, pero hemos sorteado las dificultades y hemos salido bien”.
Relata que, junto con sus compañeros, es igual de satisfactorio apagar un incendio pequeño para evitar una contingencia mayor, lo que significaría más naturaleza dañada, que combatir uno de grandes dimensiones, pese al desgaste físico que implica el último de los casos. “Ni nosotros sabemos de dónde salen las fuerzas, pero salen” para evitar una mayor devastación en la flora y fauna del sitio en el que están.
De acuerdo a sus dimensiones, los incendios pueden clasificarse como pequeño, que abarca de media a una hectárea de zona arbolada, para lo cual se requieren de dos a cuatro horas de labores, con la participación de cinco personas para extinguirlo; mediano, con daños que van de cinco a diez hectáreas, se destinan aproximadamente seis horas de combate y en promedio participan de diez a veinte brigadistas; y grande, en el que la quema afecta a más de veinte hectáreas, para lo que se requiere la intervención de más de 30 brigadistas y voluntarios y apagarlo puede tardar muchos días.
Cuenta que le ha tocado responder ante incendios con más de quinientas hectáreas de extensión, lo que requirió mucho trabajo por parte de los brigadistas. “Son jornadas de sol a sol, existe siempre el peligro del terreno, por los animales del monte y hasta para la salud, por el fuego y el humo. A veces arriesga uno su vida, pero, este trabajo se hace con mucha pasión, con mucha dedicación”. Es por ello, dice, que la familia siempre vive con el pendiente de saber si regresaremos.
Finalmente, Francisco hace un llamado a todas las personas a evitar acciones que puedan desatar una conflagración y en caso de ver un incendio, reportarlo de inmediato.
“Les invitamos a que, si se pueden sumar de manera voluntaria, haciendo donaciones (de botellas de agua, víveres o herramientas) o con una oración por los brigadistas y por los bosques” y a tomar conciencia del cambio climático, que está causando cada vez, mayores afectaciones.
En el estado de Puebla, hay cien brigadistas divididos en trece grupos, ubicados en Tlachichuca, Tehuacán, Libres, zona de la Malintzi e Izta-Popo, entre otros puntos.
Durante la entrega de reconocimientos y apoyos a las y los brigadistas, por parte del gobierno estatal y federal, en el marco del Día Nacional del Combatiente de Incendios Forestales, el secretario de Medio Ambiente y Ordenamiento Territorial, Rafael Reynoso Mora, informó que durante el presente año se registraron 347 incendios forestales en 65 municipios, con afectaciones en 18 mil hectáreas, en una temporada considerada como atípica, por las condiciones de sequía y altas temperaturas reportadas “2019 ha sido el año con más afectaciones en los últimos quince años”.