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La agilidad, el temperamento y el excelente olfato son los requisitos que los perritos deben desarrollar para poder integrarse a la Unidad Canina de la Policía Municipal.

Al nacer los cachorros de la Unidad Canina de la Policía Municipal son clasificados para ser «polis de 4 patas».

La vida les corre muy rápido. Estos perritos empiezan a entrenar para ser súper héroes desde que tienen apenas tres meses de edad.

La agilidad, el temperamento y su excelente olfato, son características importantes para sumarlos a los equipos de investigación y prevención del delito, y  convertirse en expertos en detección de drogas, por ejemplo

«Desde su nacimiento vemos su forma de actuar. Hay perros que tienen su carácter un poco más temperamental, esos los destinamos a guardia y protección. Hay perros que tienen mejor olfato y vamos a asignarlos para detección de narcóticos y explosivos», explica Ingrid Linaresn Chávez, policía tercero en la corporación.

Ingrid, que quiso ser veterinaria, cuando supo de la Unidad Canina de la Policía Municipal no dudó en dedicarle todo su tiempo, esfuerzo y también cariño estos polis peludos.

Ahora es la entrenadora de Otto, Lucas, Dima, Yaz, Alejo y Simón, aunque en total son 32 integrantes del Comando Canino de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal de Puebla.

Ella lleva 16 años como policía, un oficio que le aprendió a su familia. No fue veterinaria pero supo enfocar su pasión por los animales, al servicio de la sociedad y al combate del crimen.

De razas pastor belga malinois, golden retriever y labrador, los caninos que forman parte de este cuerpo de seguridad, son entrenados a partir de los cuatro meses de edad, durante un periodo promedio de 18 meses, durante el cual pueden especializarse en la detección de narcóticos, explosivos, armas de fuego, búsqueda y rescate; guardia y protección o para localizar cadáveres.

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Obediencia básica e introducción a los aromas son algunas de las áreas de capacitación que reciben los caninos, los cuales deben tener como habilidades la agilidad, temperamento y excelente olfato, explica su entrenadora, Ingrid Linaresn Chávez, policía tercero en la corporación.

“Desde los tres meses se checa el carácter que trae el ejemplar, todas sus habilidades y de ahí se determina su especialidad. «Hay perros que tienen habilidades diferentes y esos los usamos para búsqueda y rescate», detalló.

Con una edad que va de los 18 meses hasta los doce años, los especímenes –entre los que hay mexicanos y colombianos- deben cumplir un promedio de ocho años de trabajo para ser considerados para su jubilación del servicio activo, tras lo cual pasan a un periodo de descanso.

Entre los logros más importantes de esta unidad, liderada por el comandante Sixto Tobón González, integrada por los binomios policía-canino, está la detección de 180 kilos de marihuana, más de un kilo de cocaína y más de 800 dosis de LSD, de 2017 a la fecha.

LA PRIMERA MUJER ENTRENADORA

Para Ingrid estar con ellos casi todos los días, todo el día, genera un vínculo de cariño. «Son seres vivos (…) es mi segunda familia” afirma la policía tercero, quien recuerda con especial cariño al ejemplar con el cual trabajó por casi doce años y que murió el año pasado.

Con 16 años dentro de la corporación, 15 de los cuales ha formado parte del Comando Canino y tres como responsable del área de entrenamiento, Ingrid describe como vocación, pasión, un reto y una satisfacción personal su trabajo cotidiano con los perros, realizado dentro de las instalaciones de centro, al que considera como su segundo hogar.

Aunque reconoce que ha tenido que vencer las resistencias de un área en la cual anteriormente no había muchas mujeres, envía un mensaje a las interesadas en colaborar en este rubro “que lo intenten, que perseveren, hasta que consigan sus sueños”.

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