El acercamiento con personas sin hogar hizo a María, «naranjita» desde hace 17 años, entender que deben dignificarse las vidas antes que la ciudad

Las personas que viven en la calle es un sector vulnerable de la población, muchas veces ignorado; sin embargo hay algunas personas que buscan darles un motivo para vivir, como es el caso de María Reza Díaz, trabajadora de limpieza, o «Naranjita» desde hace 17 años.

En entrevista para URBANO Noticias, contó que, cuando limpiaba el parque de Santa Anita, trató de hacer ver a personas sin hogar que hay muchas razones para seguir adelante y dejar atrás las adicciones.

María tuvo éxito. Durante la intervención del parque por parte del Ayuntamiento de Puebla, ella les dio pintura para que ayudaran a rehabilitar las bancas.

“Lo que yo hacía era que los motivaba a que no siguieran en su vicio. Cuando el presidente municipal inauguró el parque yo los convocaba a que en lugar de que pensaran en su vicio los poníamos a pintar, yo los impulsaba a que dejaran su vicio y que trataran ellos de tener un motivo. Las bancas del parque las pintaron de rojo, otras de blanco”.

La mujer, de 42 años de edad, recuerda que desde entonces ellos le ayudaban sin necesidad de pedírselo y en ocasiones había tiempo para platicar con ellos sobre sus vidas y valorar el dormir bajo un techo.

“Barrían el parque, luego me ayudaban, sin necesidad de que uno les dijera. Ellos solitos buscaban el motivo por sobre salir ellos mismos. Yo me sentaba con ellos a dialogar y platicar y decirles ‘¿Por qué estás así?’ Y ellos me decían ‘me paso esto, me paso el otro’ Y aprendí a que debe uno valorar lo que tenemos: una casa, un techo y una familia, porque esas personas por su vicio están ahí, pero trataba de que ellos trataran de salir adelante y si vi los frutos”.

Por ello, María se ha planteado compartir estas acciones con el alcalde, Eduardo Rivera, para hacerlas llegar a más personas en situación de calle.

A la fecha, María Reza Díaz, limpia en la calle 11 sur, justo detrás de la Facultad de Medicina de la BUAP, donde no se encuentra con este tipo de problemas, aunque de hacerlo, aseguró, siempre tendrá la disposición de apoyar, llegando más allá de lo que para muchos es su labor: barrer.

“Y es lo que en algún momento quería comentar con el presidente municipal que se ayudará a ese tipo de gente porque a veces sus situaciones son por problemas familiares que tienen desde niños”.

Reincorporarse a la sociedad, la posibilidad

Al respecto, Cecilia Parada Hernández, psicóloga del departamento de atención y prevención de la violencia del Sistema Municipal DIF (SMDIF), dijo que hay casos donde las personas en situación de calle sí pueden volver a incorporarse a una vida social; sin embargo afirmó, es todo un proceso donde se necesitan redes de apoyo.

La falta de apoyo o de aceptación son las causas principales de que estas personas se sientan orillada a vivir en la calle.

“Por lo regular son personas que no se sienten cómodas o seguras en el entorno donde viven ya sea por un rechazo, abandono, problemas económicos, violencia. Influyen los problemas de adicción, trastornos mentales y el desempleo. No es una decisión fácil, antes de decidir tomar esa decisión de pertenecer a la calle”, explicó.

Parada Hernández indicó que este grupo de la sociedad suele ser conformado por distintos tipos de personas, en su mayoría hombres de 45 años en adelante, quienes se van viendo inmersos en este tipo de espacios para formar parte de un grupo; sin embargo, recordó que se puede salir adelante, si así lo decide la persona.

“Se van viendo inmersos en ese espacio por sentirse perteneciente a un grupo, que se convierte en un grupo de apoyo en ocasiones. Hablamos de personas que en un principio pueden ser completamente normal pero en algún momento llega algo que los hace desconectarse de su realidad, ya no me cuido, me abandonó mi aseo personal, mi salud mental, y cuando me doy cuenta si es que llega a pasar entonces pues ‘ya me encuentro en estado en situación de calle’”, comentó.

Recordó que el DIF municipal hace recorridos nocturnos en las calles de la ciudad para invitar a personas sin hogar a pasar la noche en el dormitorio donde les ofrecen comida y ropa limpia. Algunos no aceptan por cuestión de distancia, por no aceptar «nada de nadie» y porque ahí no se permite el consumo de sustancias.

Dicha ayuda solo se brinda a personas en situación de calle, sin enfermedades mentales y sin adicciones; en caso contrario, se complica que reciban ayuda o puedan reincorporarse a una vida normal.

Esquizofrenia, trastorno del límite de la personalidad y demencia son los trastornos mentales más comunes en personas sin hogar.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *