Amenos que las instituciones recuperen la confianza de los ciudadanos.
Para mucha gente el sistema político en México está podrido y los excesos en violencias y corrupción son producto de años de impunidad y la falta de Estado de Derecho.
En muchas ocasiones y durante varios años he escuchado esa frase “falta de estado de derecho”, así como “La situación económica en México está muy difícil”, desde que yo tenía aproximadamente 8 años, hace 51 años, mi abuelo lo decía constantemente. A la fecha sigue esa queja por la economía, lo mismo que la falta de estado de derecho.
A la fecha parecería burla lo que estamos viviendo, un gobierno que a diario repite que está erradicando la corrupción, que es mejor abrazos y no balazos y que nadie debe ser impune ante la ley, cuando los hechos, en varios estados de la república, nos indican lo contrario.
Veamos; La violencia se concibe como el uso de la fuerza para conseguir un fin, especialmente para dominar a alguien o imponer algo.
Lo anterior es lo que pasa en varias entidades dentro del territorio nacional, sin que se considere peligroso, sin que se tomen cartas en el asunto, por parte de legisladores y la propia autoridad policial.
En México, pareciera que los delincuentes tienen más ventajas que las víctimas, en algunos casos como el robo y el abuso sexual, pues esto se combina con la corrupción e impunidad.
Diferenciar los fenómenos de la corrupción y la impunidad
Vamos por partes, ya que el término corrupción se repite varias veces a diario, por el primer mandatario de la nación, valdría la pena que él mismo explicara ampliamente, las diferentes aristas que tiene esta palabra, porque para muchos es una palabra que sólo significa tomar dinero por alguna acción.
Desde siempre se utilizan los conceptos de impunidad y corrupción de forma indistinta sin aclarar que, aunque se trata de fenómenos conectados, tienen particularidades y diferencias sustanciales que requieren de políticas específicas para combatirlos, esto lo debe saber bien el poder judicial.
Para poder entender en forma práctica, les puedo comentar lo siguiente
En primer lugar la palabra Corrupción, indica la Acción de corromper o corromperse.
Según datos recabados de varios textos, no todo caso de impunidad involucra un acto de corrupción. Cuando sí se conectan, identificamos que existe una alta impunidad en los grandes casos de corrupción que no han sido perseguidos ni sancionados y que provocan indignación entre la sociedad. Sin embargo, el mayor problema es que nuestro sistema de justicia se encuentra colapsado y la desconfianza en las instituciones públicas fomenta la falta de denuncia, generando que la impunidad en el país aumente.
En los casos en que sí se presenta una denuncia, encontramos que la probabilidad de que un delito se investigue y se esclarezca es de 0.9 por ciento, pero dicha falta de investigación y de esclarecimiento no implica necesariamente la presencia de actos de corrupción, como dije antes hay otros factores que limitan esta acción, como la negligencia y la falta de herramientas jurídicas.
En este caso vale la pena mencionar que desafortunadamente mucho tiene que ver con el dinero, pues en varios casos la falta de presupuesto limita las adecuadas acciones de la justicia.
La impunidad, en cambio, es un fenómeno más amplio, ya que, como concepto general, incluye cualquier situación en la que una conducta indebida no sufre consecuencias legales.
Esto quiere decir que combatir la impunidad es un elemento necesario para reducir los niveles de inseguridad y corrupción que persisten en nuestro país y que afectan a millones de mexicanos
Entonces, hay dos preguntas que surgen en este tema, la primera es ¿hasta cuándo estaremos viendo casos contradictorios frente al discurso de la autoridad?
La respuesta no la tengo, pero según algunas lecturas sobre el tema, encuentro una sugerencia de talla internacional para mejorar los sistemas de gobierno. Es la aplicación de un término de reciente cuño, que ojala en México pudiera practicarse combinado con la transparencia; la «accountability» que en los sistemas de administración pública es un hecho evidente y reconocido, se trata de un concepto inglés, que en simple traducción significa «responsabilidad».
Sin embargo, esto se podría explicar en forma óptima de trabajar en una organización, mediante tres factores.
Los tres factores clave
Existen tres factores clave que definen a la perfección el concepto de accountability y que, si una empresa u organización pública cumplen, seguro que es eficiente y productiva. Aquí cada uno:
Compromiso: todos los individuos que forman parte de una empresa u organización deben tener claro a priori los objetivos a seguir. Además, deben comprometerse a realizar bien su trabajo y contribuir a que haya compromiso de equipo.
Proactividad: una vez fijados los objetivos y preparativos, cada uno debe realizar el trabajo de forma correcta. Esto significa tomar las acciones, volumen e intensidad necesaria como también tomar los riesgos necesarios para completar los resultados acordados.
Responsabilidad: cada integrante debe hacerse responsable y responder de sus acciones y resultados, tanto si son buenos como malos. Se trata de rendir cuentas a posteriori analizando las tareas de cada uno y los resultados conseguidos.
La siguiente pregunta es ¿en México se podrá establecer esa modalidad con los tres factores antes citados, para mejorar el sistema de justicia?
Tal vez su respuesta, amable lector, fue la misma negativa de varios ciudadanos a quienes se los pregunté, por lo que, desafortunadamente, lo que se prevé es que se avecina más violencia, corrupción e impunidad, ojala me equivoque y ojalá quienes puedan evitar esto, en el sector público lo eviten.
La esperanza es lo último que muere y mientras esperamos hay que cuidarse entre los mismos ciudadanos, porque una frase que el ahora presidente Andrés Manuel López Obrador, repetía en su campaña es “Solo el pueblo puede salvar al pueblo” y parece que eso si es cierto.
¿No cree usted?