Resulta indispensable analizar lo que pasó la noche del pasado domingo en Palacio Municipal.
Cuántas veces hemos escuchado la frase de Jesús Reyes Heroles: en política, la forma es fondo. En resumen, los modos, gestos y actitudes; es decir, las formas, son tan relevantes como la materia misma.
De ahí que resulta indispensable analizar lo que pasó la noche del pasado domingo en Palacio Municipal. El gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta encabezó por primera vez El Grito de Independencia, la ceremonia cívica más importante en esta entidad.
A las 11:00 de la noche, el mandatario salió al balcón central del Palacio Municipal de la capital poblana para vitorear a nuestros héroes. Hubo más de 20 vivas. Destacaron las dedicadas a los pueblos indígenas, a la democracia, a la libertad, a la igualdad, a la fraternidad y a la justicia; así como a Puebla y sus 217 municipios, como también a los poblanos Aquiles, Máximo, Carmen y Natalia Serdán, Juan Francisco Lucas, Juan Crisóstomo Bonilla y Juan N. Méndez.
Barbosa Huerta prácticamente emuló a Andrés Manuel López Obrador, lo que ratifica que trabaja de acuerdo con el rumbo que marca el presidente; es más, hasta redujo la compañía en el balcón principal del inmueble colonial sobre el portal Miguel Hidalgo, donde sólo lo flanquearon su esposa Rosario Orozco Caballero y el comandante de la XXV Zona Militar, José Alfredo González Rodríguez.
Llamó la atención que unos pasos atrás de la primera linea, en el interior del Salón de Cabildos, la anfitriona, la alcaldesa Claudia Rivera Vivanco, y los presidentees de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso local y del Tribunal Superior de Justicia, Gabriel Biestro Medinilla y Héctor Sánchez Sánchez, respectivamente.
El titular del Ejecutivo sumó a sus costados a los representantes de los otros dos poderes, así como a la presidenta municipal poblana, cuando entonaron el Himno Nacional y juntos contemplaron el espectáculo de fuegos artificiales.
Fue un Grito sobrio, cumpliendo con el protocolo, respetando a las autoridades, dejando en claro su visión de Estado, poniendo a unos y otros en su lugar, conociendo dónde está parado y lo que significa su primera aparición ante los poblanos en una ceremonia de esta talla, de esta envergadura.
No hubo porras para Barbosa, tampoco abucheos. La gente guardó compostura, se ciñó a la tradición; se mostró mesurada, pero entusiasta; como reduciendo el gasto, como si entendiera que es pronta una evaluacióndel ex candidato de Morena si tiene muy poco tiempo en el cargo.
Lo que en particular llama la atención es el tuit que Barbosa subió casi a la una de la madrugada de este 16 de septiembre, pues puede interpretrarse como la firma de una tregua, el pacto de no agresión, fumar la pipa de la paz.
«Con la presidenta municipal de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, con quien además de compartir una deliciosa cena con platillos típicos de la región, recuperamos la sana relación entre ambos órdenes de gobierno en la entidad, tan olvidada y desgastada en los últimos años. Viva México»
¿Recuperamos? Escribí en la misma red social.
Ayer, en la ceremonia oficial por el inicio de la Guerra de Independencia, Barbosa sentó a su derecha a Rivera Vivanco, quien quedó flanqueada por el mandatario y el secretario de Gobernación, Fernando Manzanilla Prieto.
Entonces, ¿ya lo pasado… pasado?
¿Borrón y cuenta nueva?
Los poblanos siempre se han beneficiado cuando dos gobernantes trabajan de común acuerdo; no así cuando sucede lo contrario.
¿Recuerdan a Manuel Bartlett y Gabriel Hinojosa o a Melquiades Morales y Luis Paredes o a Rafael Moreno Valle y Eduardo Rivera’
En contraste están las mancuernas de Bartlett y Rafael Cañedo, Mario Marín y Blanca Alcalá, Moreno Valle y José Antonio Gali.
Si el gobernador y la alcaldesa ya hicieron las paces y acordaron trabajar juntos, felicidades.
Sólo falta saber si los críticos de Rivera y simpatizantes de Barbosa lo saben o lo entienden, porque a la menor provocación se van a la yugular de la edil, quien ya no siente lo duro, sino lo tupido en eso de las críticas, las cuales no estoy diciendo que sean injustificadas; para nada. Pero debemos reconocer que los cuestionamientos están relacionadas con áreas heredadas con deterioro era mayúsculo, como en el caso de la inseguridad o el estado de las calles.
Ojalá y las Fiestas Patrias hagan que Gobierno y ayuntamiento trabajen juntos por el bien de Puebla.
Y recuerde: Nadie es completamente bueno ni completamente malo