El secretario del comisariado ejidal señaló a Marcos Moreno Palafox de obtener tierras con mentiras pese a que campesinos acreditaron varias veces la propiedad
Ejidatarios de Toluca de Guadalupe, en el municipio de Terrenate, denunciaron el despojo desde 2009 de 40 hectáreas a manos de Marcos Moreno Palafox, en complicidad con jueces y funcionarios público, afirmó el secretario del comisariado ejidal, Felipe Sánchez.
Según Sánchez, desde hace 13 años, Moreno Palafox se adueñó de las tierras de uso común que pertenecen al Ejido de Toluca de Guadalupe, presuntamente apoyado por el juez de lo Civil del distrito judicial de Juárez ubicado en Santa Anita Huiloac, Apizaco, y por el Tribunal Agrario.
El secretario manifestó que los campesinos cuentan desde 1935 con la documentación que les acredita como propietarios; sin embargo, de las autoridades agrarias solo han recibido indiferencia.
Por esa razón, solicitaron la intervención del gobierno del estado, pues que afirman que Moreno Palafox obtuvo las tierras con mentiras.
La falta de una solución al conflicto llevó a los campesinos a tomar las tierras en 2017 “porque sabemos que es de nosotros”, externó Sánchez.
La demanda es que el conflicto se resuelva a través de un Tribunal Agrario; el asunto se ha llevado al juzgado civil de Huamantla, y el pasado 10 de octubre este dictó sentencia para que el particular asuma la propiedad.
El representante de los ejidatarios explicó que Moreno Palafox tiene dos sentencias a su favor, pese a que no ha comparecido en ninguna audiencia ni ha mostrado pruebas de la pertenencia del predio.
En contraparte, los ejidatarios han exhibido planos, registros catastrales y un peritaje del Tribunal Agrario para avalar la legítima propiedad, documentación que sin embargo no ha sido suficiente.
Ese conflicto afecta a alrededor de 400 ejidatarios que han montado guardias para evitar que siga la invasión de propiedad.
Aunque las 40 hectáreas son forestales, el particular ha hecho uso de ellas con la edificación de unos jagüeyes para la captación de agua, además de la construcción de una cabaña sin contar con el permiso ni reconocimiento de la asamblea ejidal.