Don Teodoro, El Pinto y El Negro regresaron a casa entre el bosque calcinado.
Renuevos de pino, encino, maguey, roedores y reptiles que habitaban en los ranchos San Joaquín y San Pedro de La Soledad, municipio de Ixtacuixtla, fueron devorados por un incendio.
En el control de la conflagración que se alcanzó a observar desde varios kilómetros del municipio, participaron voluntarios, policías municipales, estatales, bomberos y personal de la Comisión Nacional Forestal.
Omar Máximo, uno de los bomberos, estimó que ambas quemazones dejaron unas 130 hectáreas de bosque siniestradas, «la lumbre fue controlada después de tres horas, hasta que nos solicitaron el apoyo».
Dijo que la fuerza del viento avivó las llamas lo que hizo difícil su control, dejando daños al bosque que tardarán varios años para restablecerse.
Estimó que fueron unas 40 personas las que participaron en esta primera conflagración en lo que va de la temporada de estiaje, con daños significativos.