¿Cuáles son entonces las principales excusas o creencias erróneas para no acudir a terapia? 

@GabrielaFor

A pesar de que todos los temas que hemos tratado en éste mismo espacio, son causas habituales para acudir a terapia, sigue habiendo muchas excusas para no hacerlo, principalmente por falta de información pero en la mayoría de casos, tiene que ver con creencias erróneas y prejuicios sobre la atención a la salud mental.

Según la Encuesta Nacional de Epidemiología en México y el Plan de Acción de Salud Mental 2013-2020 de la Organización Mundial de la Salud (OMS): El 28.6% de la población comprendida entre los 18 y 65 años en Mexico, ha sufrido al menos una vez, una enfermedad o un trastorno mental, siendo el más frecuente la ansiedad (14.3%) seguida por abuso de sustancias (9.2%) y los trastornos afectivos como la depresión (9.1%) y las fobias (7.1%) y se calcula que un 36% de los mexicanos, padecerá un desorden mental, antes de los 65 años.

¿Qué hacen los mexicanos ante una enfermedad mental?

Según la misma encuesta, un 54% solicita ayuda primero en redes sociales, luego a familia o amigos, un 10% acude a ministros o sacerdotes, un 15% se automedica y sólo después de esto, acuden a profesionales de la salud mental.

¿Cuáles son entonces las principales excusas o creencias erróneas para no acudir a terapia?

Aunque existen muchas, enlistaré aquí las que he escuchado con mayor frecuencia:

“Yo no estoy loco”: Aunque el acceso a la información nos tendría ya que haber aclarado este punto, hay mucha gente que sigue pensando que la terapia es para los locos pero no, la terapia tiene varios enfoques para atender las distintas necesidades del paciente, que pueden ir desde alguna crisis personal como una ruptura amorosa, la pérdida de un ser querido o un cambio importante en la vida, hasta un trastorno mental como la depresión. Por lo tanto no, la terapia no es para locos, es para personas que buscan apoyo en un momento particular de su vida.

“No quiero contar mis cosas a un extraño”: Ante todo, debemos recalcar que los terapeutas son profesionales, con una visión objetiva y que no juzgan lo que se les dice de manera confidencial. Usan las preguntas para contextualizar la situación que se atraviesa y poder llegar así a la raíz del problema, por lo tanto no se trata de contar nuestras cosas, sino de analizar lo que está sucediendo.

“Sólo cobran por escuchar”: Si bien es cierto que la escucha activa es una herramienta indispensable en el trabajo terapéutico, no sólo consiste en eso. Dependiendo del enfoque y la situación a trabajar como hemos dicho anteriormente, se diseña un plan de trabajo como si fuera un traje hecho a la medida, para lograr el bienestar del paciente, por lo que se trata de mucho más que escuchar.

“No es necesario, yo puedo solo”: Es tan necesario como acudir a cualquier especialista. No creo que necesite profundizar en las experiencias que seguramente hemos tenido, tratando de arreglar una fuga por nosotros mismos, teniendo al final que llamar al plomero. Si no lo hacemos con nuestras tuberías ¿por qué lo hacemos con nuestra salud mental?

«Yo no soy débil”: Así como no nos consideramos débiles al acudir al dentista por un dolor de muelas, no debemos considerarnos débiles por requerir ayuda para solucionar algún aspecto emocional que nos esté causando conflicto en nuestra vida.

“Los terapeutas están más locos que yo”: Retomo lo anteriormente dicho y recalco que la locura no existe, pero además tenemos que mencionar que la función de los terapeutas, es la de brindar herramientas para afrontar una situación en particular y somos especialistas en ello, lo cual no nos vuelve locos.

“No sirve de nada”: La terapia es un trabajo conjunto, entre el terapeuta y el paciente para lograr cambios en distintos aspectos emocionales, conductuales y cognitivos, que depende mucho de la constancia y compromiso del paciente, además del rapport (sintonía) que se logra con el terapeuta y con la técnica empleada.

“No creo en la terapia”: Aunque parece una creencia poco común, la he escuchado repetidamente y tengo que aclarar que las distintas corrientes terapéuticas, tienen bases científicas y no requieren de fe para funcionar.

Tratemos de ser más conscientes de nuestra condición de seres integrales y aceptemos que es tan importante atender nuestra salud física como la mental y si lo requerimos, busquemos ayuda sin caer en excusas. Espero que les haya sido de utilidad y recuerden que recibimos con mucho gusto sus comentarios, en nuestras redes sociales.

¡Hasta pronto! Nos leeremos nuevamente desde el diván.

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GABRIELA FORTIS VELASCO es tanatóloga poblana especialista en atención ante muertes de seres queridos y separaciones.