Muy contrariamente a lo que se cree, acudir a terapia no es un signo de debilidad, sino por el contrario, se requiere de mucho valor y compromiso. 

La semana pasada hablábamos en éste espacio sobre la gimnasta Simone Biles y aclarábamos un par de puntos sobre la importancia de la salud mental y de lo incapacitante que puede ser un trastorno como la ansiedad o la depresión y surgió el tema del papel del psicólogo en los deportes pues se decía que si contaba con los mejores psicólogos que formaban parte de su staff, cómo podía no tener la “fortaleza” necesaria y brevemente hablé del papel del psicólogo como guía en el proceso de introspección de una persona, pero surge la pregunta de cuándo acudir a terapia.

Retomando el sentido de que la terapia es un proceso de introspección y requiere de un papel activo del consultante, lo cierto es que mucha gente acude cuando se siente en crisis y se decepciona al no obtener respuestas, pero es porque las respuestas no están en el terapeuta, sino en uno mismo, que con su guía y herramientas, logra encontrarlas. Es por eso, que muy contrariamente a lo que se cree, acudir a terapia no es un signo de debilidad, sino por el contrario, se requiere de mucho valor y compromiso para enfrentar nuestros propios demonios.

Tenemos muy extendido el pensamiento de que la terapia es la última opción a la que recurrimos cuando todo lo demás falló en lo que se refiere a trastornos como la ansiedad o la depresión, pero creo que en gran parte es porque desconocemos en qué otros aspectos nos puede ayudar un proceso terapéutico.

Es por eso que hoy quisiera responder ¿En qué situaciones puede ayudarnos el iniciar un proceso de terapia?

-Cuando quieres cambiar algún aspecto de ti mismo y no puedes, porque no sabes cómo. Por ejemplo cuando quieres dejar de reaccionar de manera explosiva y no sabes cómo manejar tu enojo.
Cuando no sabes cómo manejar tu estrés. Si bien es cierto que forma parte de nuestra vida diaria, debemos aprender a manejarlo para evitar que llegue a causarnos algún problema de salud.
Cuando vives constantemente preocupado. Es normal que haya temas que nos preocupen, pero saltar de una preocupación a otra, puede generar una angustia innecesaria que podemos aprender a manejar.
Cuando sufres o ejerces violencia. A pesar de lo normalizada que tenemos la violencia como sociedad, no podemos acostumbrarnos a ella y a través de la terapia podemos aprender a relacionarnos de otras maneras.
Cuando te cuesta trabajo expresar lo que sientes. Es posible que cuando intentas decir lo que sientes, sencillamente no puedas y eso te frustre a ti y a la gente a tu alrededor, pero hay distintas técnicas que pueden ayudarte a hacerlo.
Cuando no sabes estar a solas. El no saber estar con nosotros mismos, puede ser un gran miedo que nos mantenga en relaciones que no son satisfactorias y aprender a hacerlo, nos dará seguridad y tranquilidad.
Cuando te autocriticas duramente. Es muy común que nos exijamos una mejora continua, pero debemos aprender a hacerlo desde el bienestar y no desde el dolor a través de los juicios pues podemos caer en un juego interno de premio/castigo.
Cuando te cuesta trabajo decir “no”. Es común que en ciertas circunstancias terminemos cediendo a las peticiones de otros, pero cuando esto nos causa malestar continuamente, es momento de aprender estrategias para poner límites.
Cuando no puedes cerrar ciclos. Solemos creer que el tiempo por sí mismo cierra las heridas, pero muchas veces a pesar del tiempo transcurrido, seguimos sintiendo dolor y ésa es la señal de que no hemos podido cerrar un ciclo, sin importar su naturaleza (fallecimiento de un ser querido, una separación, cambio de trabajo o residencia, pérdida de situación económica, etc.)
Cuando te comparas negativamente con los demás. Como seres humanos es normal que usemos el contraste para entender algunos aspectos de la vida, pero cuando nos sentimos en constante desventaja, quizás estamos teniendo un autoconcepto equivocado, que esté afectando nuestra autoestima.
Cuando estas enfrentando cambios importantes en tu vida. Como seres humanos tenemos una resistencia natural al cambio, pero mientras más grande sea éste, más dificultad tendremos y más allá de una buena actitud, necesitaremos herramientas que nos puedan ser útiles al inicio de una enfermedad crónica, de un divorcio o de un cambio de residencia.
Cuando tienes una mala relación con la comida. Si el comer ciertos alimentos te causa culpa, placer o calma tu ansiedad, puede deberse a creencias asociadas a la comida, que te impidan lograr tu meta de bajar de peso o sencillamente te causen malestar y por ello, entenderlas y trabajarlas te puede ser de mucha utilidad.
Cuando buscas herramientas para enfrentar mejor la vida. Es quizás el mejor momento para iniciar un proceso de terapia, cuando simplemente estás buscando mejores herramientas de las que posees, para enfrentar tu día a día.

Como podemos ver, los procesos terapéuticos no son únicamente para personas desesperadas sino que nos pueden ayudar a adquirir valiosas herramientas cuando hay aspectos que afectan nuestra vida de algún modo. Espero que podamos poco a poco dejar de estigmatizar a quienes acuden a terapia, pues no son personas que no puedan resolver sus problemas solos, sino que están en búsqueda de herramientas más útiles para su vida diaria.

Espero que la información presentada les haya sido de utilidad, nos gustaría saber si ustedes han acudido a terapia y por qué razón. Recuerden que esperamos sus comentarios a través de nuestras redes sociales.

¡Hasta pronto! Nos leeremos nuevamente desde el diván

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *