La colocación de la ofrenda, nos ayuda a reconstruir la historia a su lado desde una visión más objetiva, rescatando temas cotidianos como lo son su comida favorita o recuperando sus fotografías junto con las circunstancias en que se tomaron.
La celebración de Día de Muertos en nuestro país, es una ocasión muy valiosa para trabajar con nuestros duelos pues toda la atmósfera invita al recuerdo y a la reflexión. Tanto si se realiza una ofrenda tradicional, como si se visita al panteón (que aunque éste año no será posible por la pandemia) o simplemente se recuerda a quienes se han ido, son oportunidades muy valiosas para revisar cómo nos sentimos acerca de nuestras pérdida.
Sabemos que un duelo está procesado cuando podemos hablar de nuestro ser querido, sin sentir dolor porque hemos podido recolocarlo en nuestro corazón, desde donde nos acompaña a través de los recuerdos y justamente la celebración de Día de Muertos nos vuelve a conectar con la historia de vida de nuestros fallecidos y si no hemos terminado de procesar algún duelo, puede ser una excelente oportunidad de hacerlo.
La colocación de la ofrenda, nos ayuda a reconstruir la historia a su lado desde una visión más objetiva, rescatando temas cotidianos como lo son su comida favorita o recuperando sus fotografías junto con las circunstancias en que se tomaron o conocer la historia de aquellos ancestros que quizás no tuvimos la oportunidad de conocer.
De ésta manera podemos recuperar nuestra historia familiar y construir o reforzar nuestro legado emocional que es básicamente aquello que conservamos emocionalmente de nuestro ser querido, como enseñanzas, anécdotas, incluso expresiones que nos hacen sentir que permanecen vivos de algún modo, al recordarlos y hacerlos parte de nuestra vida cotidiana.
La ofrenda también se presta para la expresión emocional pues son válidas las lágrimas, las emociones, las canciones pero dentro de una atmósfera festiva que nos hace mantener el balance entre lo que nos duele y lo que conservamos con cariño dentro de nuestro corazón y a su vez, favorece la explicación del tema de la muerte a los niños, desde un simbolismo que es más fácil de entender porque además se hace desde un ambiente relajado, donde pueden hacer preguntas abiertamente y habrá quien las pueda responder con calma, porque se encuentran en un entorno íntimo, lo cual ayuda a la normalización del tema de la muerte en un momento más didáctico, a diferencia de los funerales, que suelen ser momentos usados para esto pero donde los cuidadores no están emocionalmente preparados para dar respuestas.
¿Cómo podemos usar la colocación de la ofrenda con una herramienta terapéutica? Involucrando a los niños, ya sea en la colocación de la ofrenda o mostrándole algunas de manera virtual o de familiares cercanos y explicándoles el simbolismo de los elementos.
Se puede animar a los niños a hacer algún dibujo para contribuir a la ofrenda y expresar su cariño a sus ancestros de ése modo. Podemos rescatar la historia familiar sin temer sentir nostalgia, pues es normal pero también recuperaremos el legado emocional.
Se puede hablar en familia no solamente sobre cómo nos sentimos acerca de la pérdida, sino también rescatemos anécdotas entrañables de nuestros seres queridos y no temamos traer a la memoria escenas divertidas, pues la solemnidad no se pierde con la risa.
Si aún sentimos que tenemos algún duelo que no hemos procesado del todo o está muy reciente, podemos escribir una carta a nuestro ser querido, diciendo todo aquello que sentimos y la podemos colocar en la ofrenda. Podemos sentarnos frente a la ofrenda y decir todo aquello que sentimos, dirigiéndonos a la fotografía de nuestro ser querido, ya sea mentalmente o si lo preferimos en voz alta. También podemos a través de otras expresiones culturales como las calaveritas literarias, rendir homenaje a nuestros ancestros.
Como hemos visto, el Día de Muertos no es tan solo una tradición culturalmente muy rica y significativa, sino también es una oportunidad invaluable para celebrar la vida de nuestros ancestros, recuperar nuestra historia, enriquecer quiénes somos y sanar nuestros duelos.
Espero que lo anterior les haya sido de utilidad y recuerden que esperamos sus comentarios a través de nuestras redes sociales, déjenos saber si ustedes realizan ofrendas o tienen alguna costumbre particular para estos días. ¡Hasta pronto! Nos leeremos nuevamente desde el diván.