Un conjunto de síntomas que pueden basarse tanto en el duelo simbólico que abordamos previamente, al identificarnos con un personaje y sus circunstancias y asemejarse a la pérdida de un amigo.
Sin lugar a dudas, todos hemos escuchado hablar de la serie Game Of Thrones e independientemente de si hemos sido seguidores o no, ha sido evidente en redes sociales la expectativa que generaron los últimos capítulos y aunque las opiniones sobre el final están divididas, se ha repetido un término en dichas conversaciones: depresión post-serie.
Dicho término no es nuevo, pues ya se había usado previamente para referirse a series como Gray’s Anatomy o Breaking Bad e incluso las televisoras lo llegaron a usar para referirse al conjunto de síntomas que expresaban sus espectadores y aunque no existe como término psicológico, hace alusión a un fenómeno de apatía y vacío que se ha observado repetidamente al final de algunas series e incluso se puede aplicar a sagas literarias o de películas que implican una inversión de tiempo, generalmente de años de espera para su desenlace. Lo anterior nos lleva varias preguntas:
¿Existe la depresión post-serie?
No realmente. Si bien es cierto que al término de una serie como Game Of Thrones, a la que se le dedican años de seguimiento, se pueden experimentar sentimientos de vacío o falta de placer, no debe confundirse con una depresión clínica. La depresión, si bien puede presentar los síntomas antes mencionados, también se caracteriza por tristeza profunda, frustración e incluso ira y puede llegar a ser incapacitante, pues empeora con el tiempo y puede llegar a ser causa incluso de suicidio.
Entonces ¿Qué es la depresión post-serie?
Es un conjunto de síntomas que pueden basarse tanto en el duelo simbólico que abordamos previamente, al identificarnos con un personaje y sus circunstancias y asemejarse a la pérdida de un amigo, como también puede deberse al reforzamiento que vamos asociando al momento de ver la serie. El reforzamiento se refiere a la rutina que creamos para seguir cada capítulo, desde tomarnos el tiempo para ver el episodio, llegando a formar parte de la rutina semanal, como el reunirnos con amigos o familia, seguir los comentarios en redes sociales, hasta sentirnos parte de un grupo que debate los detalles de cada episodio o que está a favor o en contra de uno u otro personaje y muestra de ello, fueron los hashtags semanales que inundaban las redes sociales incluso las trivias para adivinar el final de la serie, cuyo secreto se esforzaron mucho en guardar los productores.
¿Qué podemos hacer entonces ante la depresión post-serie? Al igual que con el duelo simbólico, tenemos que ser conscientes de la proporción y aceptar que el malestar durará algunos días pero que no implica realmente un riesgo a la salud, ni requiere atención profesional. Debemos tratar de generar entonces una rutina que llene el hueco que deja la serie y aprovechar aquellas cosas buenas que hayan resultado, como la convivencia con familiares y amigos.
No es tan recomendable engancharse inmediatamente con otra serie, porque al no haber «superado» la anterior, podemos empezar a compararla y continuar con la sensación de vacío. Así que tratemos de darnos nuestro tiempo, antes de comprometernos nuevamente con otra serie.
¿Ustedes han experimentado alguna vez la depresión post-serie? ¿Por cuál o cuáles series?
Hágannos saber sus respuestas a través de nuestras redes sociales.
Nos leeremos nuevamente desde el diván. ¡Hasta pronto!