Ser mujer significa ser juzgadas cuando somos víctimas de algún delito, culpando a la falda que se porta.
Como cada año, debemos aclarar que el Día de la Mujer no se trata de una celebración del hecho de ser mujer, sino del recordatorio de la lucha de tantas mujeres por la igualdad, por lo que es inapropiado felicitarnos a través de las mismas imágenes que cada año, siguen perpetuando el estereotipo de la mujer que cuida, que antepone las necesidades de los demás a sí misma y que eso es lo que nos hace valiosas.
Ser mujer en México no sólo es una amenaza constante por el número infame de feminicidios que ha llegado al punto de normalizarse tanto, que en vez de buscar castigar a los culpables, nos lleva a salir con temor, haciendo de las medidas de seguridad, una rutina. Significa ser juzgadas cuando somos víctimas de algún delito, culpando a la falda que se porta, al escote que se usa, al alcohol que se ingiere o a las horas a las que se sale, olvidando que quien empuña el arma es el único responsable. No, no se puede provocar a un asesino o a un violador, no, no hacemos nada para ganar amenazas a través de redes sociales, ni tampoco merecemos el trato que recibimos al denunciar, donde nos preguntan si provocamos de alguna manera al agresor o si dimos pie a que malinterpretara algún comentario.
¿De verdad piensan que existe algo que podamos decir o hacer para que nos amenacen de muerte en el muro de Facebook, llamándonos “putas” sin siquiera conocernos? (Historia real)
No puedo creer que ser mujer en México signifique saber que primero te tratarán a ti como la presunta culpable, para ofrecerte llamar a una patrulla si te agraden. No puede ser que tantas y tantas mujeres que han sido asesinadas por sus parejas, hayan levantado denuncias previas confiando en que la autoridad las iba a proteger y tan sólo cuando aparecen muertas y se vuelven noticia, son tomadas en serio y si la familia hace la labor de detectives, se logre dar con el culpable.
Ser mujer en México no sólo significa ser víctima de violencia física, también significa ganar menos por ser infravaloradas a lado a los pares masculinos en los ambientes laborales, aún haciendo el mismo trabajo o seguir siendo noticia cuando alguna logra romper el llamado techo de cristal. Ser mujer en México es además tener una carga mayor de trabajo doméstico en la mayoría de los hogares, trabajo que se ha visto incrementado a partir de la pandemia con el apoyo escolar a los hijos. Ser mujer en México significa seguir siendo juzgada por ser madre soltera o por estar soltera o por no ser madre, pareciera que el único estado aceptable sigue siendo el matrimonio heterosexual con hijos.
Ser mujer en México es seguir siendo asociada con debilidad, con torpeza al manejar, con ser desorientadas o dramática, es seguir usando la feminidad como un insulto “corres como nena” (ya quisieran correr como Ana Gabriela Guevara) o “no seas nena y atrévete…” (ya quisiera verlos atreverse a enfrentar un parto). No, la feminidad no es debilidad ni la masculinidad es fortaleza, somos todos seres humanos que debemos trabajar en conjunto para construir un país y un mundo mejor.
Éste 8 de marzo recuerda que conmemoramos la lucha feminista, que no, no es solo hacer protestas o pintar bardas, se puede ser feminista desde nuestra propia trinchera, haciendo las cosas lo mejor que podemos, a solas, con otras mujeres o en conjunto con los hombres, que estén dispuestos a construir un México más equitativo donde enseñemos a las nuevas generaciones que no estamos en bandos distintos y que la equidad se construye desde casa, aprendiendo a respetar por igual a los niños y a las niñas, así como preparándolos para la vida, siendo independientes y capaces de valerse por sí mismos tanto en lo doméstico como en lo laboral.
Recordemos que en casa se puede enseñar a construir un mundo más justo, donde nos asumamos simplemente como seres humanos, haciendo mucho hincapié en que la humanidad se basa en la empatía y ésa no distingue género, orientación sexual, creencias religiosas ni políticas, se basa en el simple hecho de que todos experimentamos las mismas emociones y por eso somos capaces de comprendernos.
Éste 8 de marzo quiero pensar que ser mujer en México dejará de ser una amenaza y que todas las libertades conquistadas seguirán sumando logros hasta hacer de éste, un país más justo. No felicitemos, mejor respetemos y trabajemos en conjunto.
Recuerden que esperamos sus comentarios a través de nuestras redes sociales.
¡Hasta pronto! Nos leeremos nuevamente desde el diván.