Una obra que narra cicatrices en la memoria de las sociedades, provocadas por el abuso de poder, el fanatismo religioso y la pederastia.
Santiago Roncagliolo presenta, tras cinco años de ausencia en el escenario literario, Y líbranos del mal (Seix Barral), un thriller que retrata lo oscuro de la memoria familiar como elemento de cuestión identitaria, se convierte en un recurso para tomar decisiones y motivo para distanciarse de la maldad consanguínea.
Una obra que narra cicatrices en la memoria de las sociedades, provocadas por el abuso de poder, el fanatismo religioso y la pederastia.
Jimmy, el hilo conductor de esta perturbadora y sombría novela, es un joven de ascendencia peruana que vive en Brooklyn, se encuentra decidiendo su futuro sin saber aún quién es, ávido de saber más de él, como todo adolescente, vive las primeras emociones adultas con exaltación. Un viaje a Lima, ciudad que le han descrito como llena de habladurías y medias verdades, lo confrontará a preguntas como ¿a dónde pertenezco?, ¿conozco en realidad de dónde provengo?, pero, de forma recurrente ¿quién era mi padre antes de ser mi padre?, y cuál es el afán de las familias por custodiar al pasado como algo intachable sin serlo.
— “Supongo que nuestra memoria es como una película de asesinos en serie, cada giro de la historia cambia el sentido total. Miras atrás y los detalles antes relevantes ya no son los que creías.” — Jimmy en Y líbranos del mal.
En Y líbranos del mal, Santiago Roncagliolo adentra al lector en una narrativa sobre la descomposición social, acerca de la cada vez más usual cultura de la cancelación, en un mundo en el que se nos exige ser ejemplo y en el que tener conciencia del mal nos expande el panorama de la realidad. Es un libro que va de la concepción de la masculinidad, sus fragilidades, las relaciones entre padres e hijos y el conflicto entre dos tiempos y generaciones.