Con no más de 30 asistentes el foro teatral del Centro Cultural Jalil Gibran sigue presentando obras de corte social sin costo alguno

La pandemia de COVID-19 y sus medidas de confinamiento afectaron de manera directa las artes escénicas, sin embargo, el Festival Internacional de Teatro Susana Alexander cumple 30 años de realizarse en Puebla de manera ininterrumpida, bajo la dirección de su creador y director el maestro Josué Cabrera Juárez, quien cambió el método de trabajo para hacer obras con la menor cantidad de actores y público.

Con no más de 30 asistentes el foro teatral del Centro Cultural Jalil Gibran, ubicado en la 11 sur prolongación 11 sur 6712, sigue presentando obras de corte social sin costo alguno, y se prepara para el cierre del festival que se realizará del 14 al 21 de marzo con obras de países invitados como Chile, Cuba, España, Colombia y Argentina.

Cabrera Juárez comentó que la gala de cierre se realizará en el Teatro de la Ciudad, en donde se presentará una coproducción México- Israel con la presencia de la actriz Susana Alexander; además de recordar que el festival siempre inicia en el mes de septiembre con obras locales y posteriormente se incrementa la participación de otros estados hasta llegar a marzo.

El actor, escritor y director teatral dijo que el financiamiento del festival lo genera el Centro Cultural Jalil Gibran (que otorga educación privada desde prescolar hasta bachillerato, bajo la premisa de que la educación teatral genera un cambio social), por lo que entre los actores y actrices que dirige se encuentra el alumnado y padres de familia del instituto.

Cambiando el paradigma de la lucha de género

La obra ¿Mujeres? que se presentó ayer en ese auditorio, y hoy a las siete de la noche en la Casa de Cultura “Aquiles Córdova”, ubicada en calle Nicolás Guillén en la colonia Balcones del Sur, es muestra de las problemáticas sociales que persisten a través del tiempo.

La puesta en escena presenta nueve casos de mujeres que, aunque se resisten al yugo patriarcal, asumen conductas similares ante el poder que ejercen algunos hombres como padres, esposos, jefes, líderes políticos, sociales y religiosos.

Aurora Antonia Hernández Bonilla, Maritza Rojas Rosano y Luz del Carmen Ángeles Ramírez, las dos primeras actrices experimentadas y la tercera, una madre de familia del Centro Cultural Jalil Gibran que debutó extraordinariamente en esta obra, encarnan a la hija, la esposa, la empleada, la indígena y otras mujeres; que han sido golpeadas, violadas, despedidas por estar embarazadas, adoctrinadas por sacerdotes para aguantar todo tipo de vejaciones, etc.

Entre lágrimas y frases como “Eso te pasa por ser mujer”, “Tráele una cervecita a tu papá que está descansando”, “Hijo no me lleves al asilo”, “Tengo que cargar mi cruz”, “Me violó tu compadre”, “No me golpeó mi marido, me caí de la escalera”, entre otras, estás actrices hicieron un grito de protesta por las que ya no están.  

Cabrera Juárez dijo que esta obra la escribió hace 20 años, fuera de la lucha feminista que se ha fortalecido recientemente, sin embargo, enfatizó que estas problemáticas las han sufrido las mujeres de todos los tiempos.

Añadió que este tipo de obras son un despertar de la conciencia, ya que por este medio se envían mensajes, en este caso, de que a la mujer no se le ha dado el lugar que merece dentro de la sociedad.

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