Iwasaki consigue con Neguijón una obra que ilustra todo lo que ha investigado en bibliotecas y archivos coloniales de Europa y América.
Neguijón (Seix Barral) es una novela histórica de humor negro, un relato precautorio sobre la salud y la suerte, y también acerca de que las ideas corrompen las mentes tanto como la enfermedad física hace con la carne.
Un pavoroso y sangriento motín carcelario en Sevilla une las vidas de varios hombres: un noble de segunda fila al que los dolores del cuerpo le han quitado cualquier alegría de vivir; un obsesivo librero con un solo ojo, más experimentado por lo que ha leído que por lo que ha comprobado; un cura que ha tenido sus ratos de cirujano y de crítico de los libros de aventuras y expediciones, y un sacamuelas que busca obstinadamente al misterioso gusano del que se dice que pudre los dientes.
Mientras los protagonistas intentan sobrevivir, vamos conociendo las ideas médicas que imperaban a comienzos del siglo XVII, tan lejanos a la ciencia de nuestro tiempo y a la vez paradójicamente próximos a las supersticiones en las que la humanidad no deja de creer.
Fernando Iwasaki consigue con Neguijón una obra que ilustra todo lo que ha investigado en bibliotecas y archivos coloniales de Europa y América, pero también una vívida descripción de los asombrosos horrores previos a la higiene moderna y del persistente debate entre maneras de curar y de entender el cuerpo.
“Su estancia en la cárcel de Sevilla le había servido para verificar que las armas eran menos dañosas que las letras, y por eso desconfiaba de todos los libreros, eruditos y poetas, igual que de barberos, algebristas y sacamuelas.”