Esta joya arquitectónica del siglo XVI, podrá volverse a visitar luego de permanecer cerrada por 5 años tras resultar afectada por los sismos de 2017.

El Templo de San Juan Bautista en Cuautinchan, Puebla fue reabierto al público al concluirse los trabajos de restauración, tras permanecer cerrado por casi cinco años por las afectaciones que causaron los sismos de septiembre de 2017.

El templo es un inmueble religioso que, junto con los de Tepeaca y Tecali, forma parte de lo que se conoce como  “triángulo de oro” de los conventos franciscanos del siglo XVI.

En el templo se puede admirar el retablo completo más antiguo de América que muestra escenas dedicadas a la vida de la Virgen María, la muerte y resurrección de Jesucristo.

Las obras continúan al interior, en el área de retablos laterales, el púlpito y el órgano, y solo se ha descubierto el presbiterio para la celebración de las misas.

Se tienen noticias de que la población de Cuauhtinchan tuvo sus inicios aproximadamente en el año 1200 a.C., aunque el poblado fue fundado hasta el año 1175 d.C., de acuerdo con los datos de la historia Tolteca-chichimeca.

En la época de la conquista de los españoles, Cuauhtinchan era una comunidad autónoma que pagaba tributo a la guarnición mexica que estaba ubicada en Tepeyacac, hoy Tepeaca.

La conversión a la religión católica de los habitantes de Cuauhtinchan se efectuó en épocas muy tempranas, entre 1527 y 1528, bajo la dirección de fray Juan de Rivas.

En 1570 Cuauhtinchan era una doctrina franciscana con 2570 tributarios.

El templo pertenece a un conjunto conventual. La construcción del monasterio de Cuauhtinchan fue iniciada por los religiosos franciscanos alrededor del año 1527, fecha muy temprana, pues aún no se edificaba la ciudad de Puebla.

La iglesia se construyó después; ya que al parecer se comenzó en 1569 y se concluyó en 1593.


QUÉ TRABAJOS SE REALIZARON

El plan contempló trabajos de consolidación en las torres campanario sur y norte (esta última incluyó su reconstrucción); además de la consolidación de la fachada principal, de agrietamientos en bóvedas, en muros norte y contrafuerte, y de intradós de bóvedas en cuatro entre ejes, lo que requirió instalar un tendido de andamios a 18 metros de altura.

Con el apoyo de estudios estructurales y de geometría del templo, se priorizaron los elementos más afectados: la torre campanario sur, además de las bóvedas en su cara externa, muros y contrafuertes del lado norte, donde intervino el equipo de la empresa constructora David Vázquez García, constituida por ingenieros estructurales, restauradores de bienes muebles, arquitectos restauradores y una gruesa plantilla de apoyo y albañiles.

Asimismo, se retiraron pesadas placas de acero en el muro de la fachada principal, las cuales representaban cargas excesivas y sumaban al deterioro agravado por el sismo; de igual manera, se trabajaron grietas en las bóvedas del templo para devolver el entretejido particular que presenta la conformación de fábrica de origen de estos elementos abovedados.

En 2022, se concluyeron los trabajos en los muros y contrafuertes lado norte, mediante la consolidación de paramentos y la colocación de tres gárgolas, de manera que se estabilizó el deterioro por pérdidas de juntas y material base constitutivo. También se finalizaron las labores en el campanario sur, las cuales llegaron a ejecutarse hasta a 36 metros de altura.

En estos dos elementos, y por recomendación del Área de Bienes Muebles del Centro INAH Puebla, se aplicó una pátina a las juntas de áreas consolidadas, hecha a base de pigmentos naturales y material de la región. En esta toma de decisiones resultó valiosa la opinión de la comunidad con experiencia en intervenciones anteriores.

En la fachada principal se consolidaron grietas y fisuras, así como paramentos de muros; a la par, se sustituyó una decena de piezas de cornisa talladas en la imposta superior de la portada. Por otra parte, al finalizar la consolidación del intradós de bóveda del segundo entre eje, se desmontó el tendido de trabajo, liberando así el interior del templo para su reapertura al culto.

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