La construcción finalmente fue suspendida en 1912 y quedó al olvido por dos décadas en parte por querer borrar toda herencia del gobierno de Díaz.
Durante el gobierno del presidente Porfirio Díaz, en 1897 se lanza una convocatoria internacional para construir la nueva sede que albergaría a la Cámara de Diputados y de Senadores en México y al mismo tiempo se convertiría en un edificio para conmemorar el centenario del día de la Independencia, que se cumplía en 1910.
Fue Émile Bénard, un arquitecto francés, quien se encargó de la realización del proyecto Palacio Legislativo Federal. Inspirado en los recintos del Capitolio de Estados Unidos y del Parlamento de Budapest.
El lujoso Palacio Legislativo estuvo envuelto en varias polémicas. La primera piedra del edificio se colocó el 23 de noviembre de 1910, tres días después del inicio de la Revolución Mexicana, lo que provocó que se suspendiera dicha obra.
La construcción finalmente fue suspendida en 1912 y quedó al olvido por dos décadas en parte por querer borrar toda herencia del gobierno de Díaz.
Hoy en día queda lo que sería la cúpula del enorme Palacio y que hoy llamamos Monumento a la Revolución. Y justo ahí, en la cúspide llevaría un águila, emblema del Porfiriato.
Esta pieza del escultor francés Georges Gardel, originalmente estaba prevista para adornar el domo del Palacio Legislativo. Hoy la podemos apreciar en el Monumento a la Raza, ubicado sobre avenida insurgentes norte.
Y en la escalinata de la entrada del Palacio Legislativo, estarían dos leones de bronce, uno de cada lado, que tampoco pudieron estar, pero que hoy los podemos ver en la “Puerta de los Leones” que dan la bienvenida a la entrada del Bosque de Chapultepec.