El utensilio de oficina con el que hemos convivido tanto tiempo es obra del alemán, Fiedrich Soennecken.
@cronicabanqueta
La perforadora para papel surgió de una necesidad, la de organizar y encuadernar el trabajo. Para ello eran necesario conseguir una máquina capaz de agujerar papel de una forma sencilla, rápida y eficaz. La historia de la perforadora de papel tiene más de 130 años.
Existen patentes de perforadoras de papel de finales del siglo XIX, en concreto dos patentes estadounidenses de 1885 y 1893. Sin embargo, el funcionamiento de los dispositivos patentados era diferente al de las perforadoras de papel que conocemos.
El utensilio de oficina con el que hemos convivido tanto tiempo es obra del alemán, Fiedrich Soennecken. Este empresario e inventor, hijo de un herrero, patentaba el 14 de noviembre de 1886 su perforadora de papel de 2 agujeros.
No era, sin embargo, el primer invento de este visionario, llamado a facilitar el trabajo de oficina de las siguientes generaciones. Años antes había mejorado los tinteros siendo aún un aprendiz, y tiempo después inventó el bolígrafo de punta redonda. Su agudeza empresarial le llevó a crear cuadernillos de escritura redondeada que tradujo y publicó en varios idiomas, y que se convirtieron en la mejor propaganda para publicitar su nuevo bolígrafo de punta redonda.
Soennecken inventó la perforadora de papel y la carpeta de anillas, creando un sistema de archivo que haría historia. “Poner orden a la oficina”, este fue su lema y el trabajo que desarrolló incansablemente con pasión hasta el día de su muerte. Mejoró lo existente y desarrolló nuevos dispositivos que rápidamente se exportaron, facilitando el trabajo de oficina en todo el mundo.
Desde las carpetas de archivos, el bolígrafo de punta redonda, o la caligrafía redondeada, hasta la perforadora y las carpetas de anillas, Soennecken hizo historia en el ámbito de la oficina.