La Diócesis peregrinó a la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, CDMX, para agradecer su intercesión por el fin de la pandemia.
Con los parámetros de la nueva normalidad, como cada año, la Diócesis de Tlaxcala peregrinó a la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, en la Ciudad de México, para agradecer su intercesión durante la pandemia de COVID19, y celebrar el 61 aniversario de la erección canónica de la iglesia en Tlaxcala.
Debido a la pandemia que se vive en México la peregrinación de este año se realizó de manera virtual, y fue cataloga como la #RutaOcotlánGuadalupe, que empezó el pasado 3 de octubre y recorrió los principales templos mariano de Tlaxcala, ubicados en Tlaxcala, Apizaco, Españita, y Panotla.
Tuvo como finalidad, “visitar de manera digital los santuarios marianos de nuestra Diócesis, donde conocimos su historia y el mensaje Evangélico que la Virgen María dejó a nuestro pueblo. Concluimos este peregrinar, en la Basílica de Guadalupe, con una Celebración Eucarística, donde participaron algunos sacerdotes y Mons. Julio C. Salcedo Aquino, quienes representaron a nuestra Iglesia Particular”, informó la Diócesis.
En la homilía en la Basílica de Guadalupe, Julio César Salcedo resaltó lo siguiente «traemos, como Juan Diego, una tilma, que resguarda el dolor y el sufrimiento de nuestro pueblo, provocados por la pandemia; queremos que María, nuestra Madre, interceda ante su Hijo Jesús, como en Caná de Galilea, para que este dolor sea convertido en vino de fiesta, de salud y de alegría.»
También el Obispo, destacó que en este año la Diócesis celebró un año de san José, quien silenciosamente, ha cuidado en este tiempo de adversidad, así mismo, resaltó que de manera providencial, se cumplen 30 años de la beatificación de nuestros santos Niños Mártires, la cual se realizó en la Basílica de Guadalupe, el 6 de mayo de 1990, por san Juan Pablo II.
Al finalizar su homilía, Monseñor Julio pidió a los presentes ponerse de pie para consagrarnos a la Virgen y pedir su intercesión por el fin de la pandemia en México. Recordó que la pandemia ha generado sufrimiento, carencias y desconciertos entre la feligresía que ha tenido que luchar con enfermos y fallecimientos de seres queridos.
Replicó el mensaje del Papa Francisco, quien manifestó que con la pandemia “todo se obscureció” y esas tinieblas cubrieron las plazas, calles y ciudades, hasta adueñarse de las vidas humanas; además de propiciar un silencio ensordecedor y un vacío desolador.