Fue detenida y deportada en Chiapas, pero logró reincorporarse a la caravana para seguir su camino hacia el norte de México

Tras recorrer más de mil kilómetros y cruzar diferentes estados de la República Mexicana, durante un mes, Marari N. de 21 años, viaja acompañada de su pequeña hija de 4 años de edad, desde Honduras, sin importarle la pandemia global causada por el Covid-19, la cual ha dejado hasta el día de hoy 296 mil 586 personas fallecidas, solo en México.

Obligada por la falta de oportunidades, pobreza, inseguridad y la violencia, Merari N. dejó atrás su natal Honduras, para aventurarse con su pequeña hija de 4 años de edad, en la caravana migrante con el sueño de llegar a los Estados Unidos de Norteamérica.



Después de iniciar su trayecto en Honduras y tras cruzar por Guatemala, Merari se internó en territorio mexicano, pero en este intento fue detenida en Tapachula, Chiapas y finalmente fue deportada por Migración.

Esto no acabó con las ganas de Merari, quien volvió a cruzar de manera ilegal hacia México, y se integró nuevamente, junto con su hija, a la caravana migrante en Los Corazones, Tonalá, Chiapas.

Después de un mes de duro peregrinar, Merari y su hija arribaron la tarde del jueves a San Martín Texmelucan, Puebla, donde pasaron la noche, pero durante la mañana de este viernes retomaron su ruta hacia la capital del país.

“Si no nos resuelven sobre los papeles en la Ciudad de México, nos vamos a ir hasta la frontera” finalizó.

Con una distancia promedio de 100 kilómetros por recorrer hasta la CDMX, esta mañana la joven madre y su hija, continuaron su camino, con la esperanza de alcanzar más y mejores oportunidades para vivir, las cuales no han podido lograr en su país.

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