Para los adultos en la Ciudad de México es sencillo obtener un acta de nacimiento con reasignación sexogenérica y cambio de nombre de acuerdo a esa identidad.
Hay un silencio tenso en el mostrador del aeropuerto de Tijuana. Fernanda debe explicar por qué la apariencia de su hija menor Sofía Elena (el nombre real de la niña ha sido protegido) no coincide con la fotografía y nombre de su pasaporte. Sofía Elena es una niña transgénero y desde los siete años dejó atrás su apariencia masculina.
Después del mostrador, Fernada debe dar explicaciones por segunda ocasión antes de entrar a la sala de abordar y por tercera ocasión antes de subir al avión. La menor de 11 años también está cansada de explicarlo, “¿por qué otra vez?, ¿por qué me tienen que volver a preguntar?, ¿qué no me están viendo?, yo soy una niña.”
Los hechos sucedieron el 30 de julio de 2019; al ver el enojo de su hija, Fernanda publicó en redes sociales, “Mi hija ha tenido que soportar que se le llame por un nombre que no corresponde a su identidad y expresión de género, que se le mire (examine) sin consideración.
“¿Por qué no se le permite cambiar sus documentos de identidad?, ¿por qué es menor de edad (aun contando con el apoyo total de su familia)?, ¿por qué depende de alguien que dictamine si es verdad lo que ella es?, ¿por qué depende de la voluntad de un sistema ser ella misma?” Sofía Elena necesita un acta de nacimiento.
Discriminación por género y edad
En una historia que hoy se presentará en Imagen Noticias, con Yuriria Sierra, para los adultos en la Ciudad de México es sencillo obtener un acta de nacimiento con reasignación sexogenérica y cambio de nombre de acuerdo a esa identidad. Basta llenar una solicitud, llevar una copia certificada del acta primigenia, original y copia de una identificación oficial, un comprobante de domicilio, comparecer ante el registro civil y tener al menos 18 años. Esto es reglamentado por los artículos 35, 135 y 135 bis del código Civil aún del extinto Distrito Federal.
Para las niñas, niños y adolescentes transgénero, la opción de elegir su género y nombre, no es un mero trámite. Son enfrentados a su propia decisión a través de un juicio en el que deben probar que tienen la condición de incongruencia de género, la cual ha sido catalogada por la Organización Mundial de la Salud como una condición relacionada a la salud sexual de las personas y no como una enfermedad mental.
En la Ciudad de México, Sofía Elena no es la única menor de edad quien acompañada de sus padres busca le sea reconocido el mismo derecho de los adultos: son 19 niñas, niños y adolescentes asesorados por la asociación Litigio Estratégico en Derechos Sexuales y Reproductivos (Ledeser A.C.), quienes buscan, acabar con lo que consideran una discriminación por género y edad de parte de la Dirección General del Registro Civil.
El juicio de reasignación sexogenérica se puede alargar hasta dos años, según Alehlí Ordoñez, directora de Ledeser. “¿Cómo puedes explicarte eso?, o sea que teniendo 17 años 11 meses tengas que acudir a un tribunal en un juicio carísimo, largo, complicado y patologizante y al día siguiente ya se convierta en un trámite gratuito de un solo día ante el registro civil, entonces esa es la cuestión.”
Desde octubre pasado Alehlí, junto con los padres de familia, buscaron un acercamiento con las autoridades del Registro Civil de la Ciudad de México. Querían hacerles ver la contradicción del Código Civil con la nueva Constitución de la Ciudad de México y con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, incluso con el propio código civil.