La película fue estrenada en 1983, basada en la novela de terror del escritor Stephen King y dirigida por John Carpenter

Hola amigos, ya hemos platicado anteriormente de autos de película que se volvieron famosos, hoy, nos vamos a una de terror, donde el protagonista tenía vida propia!!

Para empezar una pequeña reseña de la película por si aún no la han visto:

La película fue estrenada en 1983, basada en la novela de terror del escritor Stephen King y dirigida por John Carpenter, que por cierto, se ha llegado a considerar una de sus obras maestras.

Es la historia de Arnie Cunningham, un adolescente que es molestado en la escuela por ser inteligente. Después de tener un mal día en la escuela, va camino a casa con su gran amigo Dennis cuando un auto abandonado en un terreno llama su atención. Al bajarse a verlo descubre que está en venta pero en pésimas condiciones, un Plymouth 1958 modelo Fury. De inmediato hay un click entre el adolescente y el auto.

Sin importarle nada lo compra pero sus padres no le permiten tenerlo en casa, entonces lo lleva a una pensión que a su vez es deshuesadero, para empezar arreglarlo. Después de un tiempo lo deja impecable, causando envidia de sus malvados compañeros de escuela, quienes destruyen el auto y es ahí cuando el terror toma forma, pues Christine revela su verdadera identidad ante Arnie, reconstruyéndose así mismo y tomando venganza de quienes le hicieron daño.

Es tan fuerte el vínculo entre Christine y Arnie que al final, lo lleva a la muerte y a la nueva destrucción del auto. Sinceramente muy recomendable para ver.

Pero la razón por la que Stephen King escogió el modelo NO es casualidad. Se trató de un Plymouth 1958 modelo Fury, y curiosamente al traducir el nombre de dicho modelo encontramos que significa “Furia”, lo cual ya de entrada le daba personalidad a la estrella de la película.

Al inicio de la historia se ve la línea de producción de Plymouth en 1958, observando los hermosos Fury en color crema ( el color más popular del modelo), pero en medio se encontraba uno de color rojo con toldo blanco, haciéndolo único y diferente al resto, dándonos la idea de que desde su nacimiento ya tenía la maldad marcada.

Para la producción fue difícil encontrar autos para filmar la película, pues en total fueron 5,303 Plymouth Fury fabricados y obviamente para cuando se llevó a cabo el rodaje había muy pocos disponibles. Se compraron 24 autos en regulares condiciones y se logró armar 17 buenos. Pero eso no fue todo, pues se tuvieron que conseguir algunos Belvedere y Savoy para usarlos en las escenas de destrucción.

Al final de la producción casi todos fueron desechados. Pero aquí viene una historia interesante: Uno de los originales fue restaurado y se ofreció como premio a un concurso que se organizó en un programa de TV, esto como promoción de la nueva película en 1983. Tuvo una participación de alrededor de 40,000 personas.

A través de los años el Christine sobrevivió y recientemente fue ofrecido en venta, totalmente restaurado y además con toda la documentación que avala que es uno de los que se usaron para la película. El actual propietario y la casa de subastas encargada para la venta estimaban que el precio alcanzaría entre $ 400,000 y $ 500,000 dólares. Pero la puja apenas alcanzó los $ 275,000!!! Para mi una suma nada despreciable, sin embargo NO hubo venta.

Yo espero que algún día vuelva a salir a la venta y veremos cuál será el precio estimado. Desde ahorita creo que voy a empezar a ahorrar!!!

Espero les haya gustado. Nos vemos en la siguiente.

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