A sus 40 años, participaba en muchas competiciones deportivas, trabajaba en un restaurante y en una empresa de muebles familiar.
Tras meses de pandemia de coronavirus, queda claro que el COVID-19 no es solo cosa de personas mayores y enfermas. Nadie está a salvo del virus. Un ejemplo es el de Ahmad Ayyad, un deportista que tras pasar casi un mes en coma inducido y perder 27 kilos ha tenido que aprender a hablar y moverse.
Solo hay que ver las fotos de Ahmad Ayyad antes y después de pasar la enfermedad. Sano y amante del deporte, los médicos de Hospital Johns Hopkins (Baltimore, EE.UU.) tuvieron que inducirle un coma y conectarle a un respirador.
A sus 40 años, participaba en muchas competiciones deportivas, trabajaba en un restaurante y en una empresa de muebles familiar. No era población de riesgo, según los expertos. Pero lo cierto es que ha perdido 27 kilos y ha pasado casi un mes en la UCI. Ahora sufre daños en los pulmones y el corazón.
Ayyad ha explicado en una entrevista en CNN que cuando despertó se vio conectado a varios claves y estaba tan delgado que sus músculos habían desaparecido. Cuenta que ha necesitado terapia para poder volver a hablar, tragar y fisioterapia. Al principio no podía ni ponerse sentado en la cama del hospital.
Cuando llegó a su casa tras recibir el alta las tareas cotidianas eran muy pesadas. Pero con el tiempo ha ido recuperándose. Ahora ya ha recuperado 20 kilos y espera estar en septiembre como estaba antes del coronavirus.
Este deportista manda un mensaje de ánimo a los enfermos y a quienes se niegan a usar mascarilla les ruega que se las pongan porque el coronavirus puede infectar a cualquiera.