Hay quienes ven la llama de la Antorcha Guadalupana como la vía para expresar sus oraciones y alcanzar un milagro en los siguientes días.

En medio de la crisis sanitaria del COVID-19, la Antorcha Guadalupana arribó a la capital poblana, como símbolo de fe y esperanza para los ciudadanos que todavía tienen un camino largo para llegar a Texas el próximo 24 de octubre.

La Iglesia de la Asunción, que se ubica sobre la 45 norte de la ciudad de Puebla, fue sede de este símbolo religioso, que no impide a los organizadores recorrer diversos municipios del país, a pesar de la crisis sanitaria.

Si bien este símbolo de fe, representa algo muy importante para los migrantes y sus familias, también hay quienes ven la llama de la Antorcha Guadalupana, como la vía para expresar sus oraciones y alcanzar un milagro en los siguientes días.

Es el caso Juliet Guadalupe Quintero, de 23 años de edad, quien se siente identificada con la Virgen luego de nacer el 12 de diciembre pero de 1997.

Aunque es oriunda de la ciudad de Tijuana, Baja California, ella arribó al municipio de Puebla para cumplir un objetivo personal, que consiste en hacer sus prácticas profesionales en Ciudad Modelo Audi.

Como estudiante de ingeniería confía en que la Virgen de Guadalupe no la dejará sola en esta nueva aventura, que habrá de iniciar junto con su mamá en el estado de Puebla.

“Me siento identificada con la Virgen de Guadalupe, pues también nací un 12 de diciembre que por eso me llamo con ella. Yo llegué a Puebla este sábado con la esperanza de ser aceptada en Ciudad Modelo Audi para mis prácticas profesionales, por eso vine a pedirle a la Virgen que me ayude”.

Cabe señalar que a la Iglesia de la Asunción arribaron menos de 50 personas a bordo de vehículos, donde los fieles católicos siempre portaron en todo momento cubre boca y respetaron las medidas de sana distancia.

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