En los estudios del 2004 la asociación civil comprobó que la contaminación de ríos se reflejaba en la calidad del agua potable en municipios del sur.
La directora de la asociación civil Centro Fray Julián Garcés Derechos Humanos y Desarrollo Local, Alejandra Méndez Serrano, desde hace más de 16 años había advertido que en la zona sur del estado de Tlaxcala el agua potable registraba una carga importante de sustancias toxicas que son altamente cancerígenas por consumo prolongado o exposición.
Por lo que señaló que las autoridades federales, estatales y municipales se mantienen en caso omiso a la problemática, y no se toma en serio, para poder prevenir afectaciones no solo ambientales sino también a la salud de las personas.
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Además recordó en entrevista que en el estudio realizado en el año 2004 en los municipios Nativitas, Tepetitla e Ixtacuixtla del lado de Tlaxcala, y San Martín Texmelucan y Huejotzinco de Puebla, se localizaron sustancias químicas y toxicas en el agua.
Al entrar en detalles, explicó que ese estudio constó en el análisis de la calidad del agua potable de los pozos de extracción para consumo domiciliar de los municipios antes referidos donde se encontraron sustancias como el benceno, cloroformo, diclorometano, y otras sustancias toxicas que “en exposición crónica”, cotidiana, o por ingesta generan diferentes padecimientos.
“La ingesta de esa agua por un tiempo prolongado o la exposición cotidiana deriva en una infección en el sistema renal, y claro contraer con otras causas te hace vulnerable a contraer otras enfermedades”, entre ellas diferentes tipos de cáncer.
Refirió que en los municipios de Nativitas, Tepetitla e Ixtacuixtla que están ubicados en la zona sur de la entidad, comparten la rivera del río Atoyac-Zahuapan uno de los más contaminados a nivel nacional por las descargas industriales por lo que el afluente arrastra más de 30 sustancias químicas muchas de ellas cancerígenas, y derivado de la filtración del agua a los mantos freáticos aumenta el riesgo de contaminación del agua que llega a los hogares.
“Lo que nosotros ya habíamos encontrado en el agua cuando hicimos la primera investigación del 2004 con la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Azcapotzalco, y la UNAM era ese tipo de sustancias como mercurio, níquel, plomo, arsénico, cobre, cromo, cadmio, cid, y otro tipo de sustancias que son los que provocan enfermedades ya sea por la ingesta o que está respirando ese ambiente la hace muy propensa a daños de salud, pero además daños en los genes lo que hace más vulnerables a las personas de contraer cualquier tipo de cáncer o de otro tipo de enfermedades porque su genética ya está debilitada, y hay sustancias tan toxicas como el benceno que es cancerígeno”, apuntó.