El Ejército tiene focalizada la ordeña en 40 municipios de Tamaulipas, Guanajuato, Baja California, Sinaloa, Jalisco, Veracruz, Hidalgo, Edomex, Tlaxcala, Puebla, Morelos y Michoacán.
Calpulalpan y Nanacamilpa en Tlaxcala, así como San Martín Texmelucan, Tepeaca, Quecholac y San Matías Tlalancaleca en el estado de Puebla, forman parte de una lista de 40 municipios donde la Secretaria de la Defensa Nacional (Sedena) ubicó la mayor cantidad de tomas clandestinas para robo de hidrocarburos. El reporte advierte que está práctica ilegal va en ascenso.
En los municipios tlaxcaltecas se registraron en 2018 un total de 194 tomas en Calpulalpan y 105 en Nanacamilpa. En el caso de Puebla en Texmelucan la cifra fue de 320 casos mientras que en Tepeaca sumaron 255 y en Quecholac 148. En Tlalancaleca contabilizaron 128 tomas clandestinas en un año.
De acuerdo con información del diario Reforma publicada este jueves, el Ejército mexicano tiene focalizado que el mayor número de tomas clandestinas para el robo de combustible se ubica en 40 municipios del País.
El problema más grave está en León, Salamanca, Irapuato, Pénjamo y Silao, en Guanajuato; en Altamira, González y Tierra Blanca, en Tamaulipas; en Cuitzeo, en Michoacán, y en Tlajomulco de Zúñiga, en Jalisco.
Un reporte de la Sedena, entregado mediante transparencia con fecha del 7 de enero, señala que, al cierre de 2018, los soldados dieron cuenta de 6 mil 333 piquetes a ductos de Pemex.
El Ejército tiene focalizada la ordeña en 40 municipios de Tamaulipas, Guanajuato, Baja California, Sinaloa, Jalisco, Veracruz, Hidalgo, Edomex, Tlaxcala, Puebla, Morelos y Michoacán.
«El robo va en ascenso, sobre todo en municipios donde no teníamos esa afectación. Esos movimientos de los criminales de un ducto a otro se deriva de la implementación de operativos», dijo un General de Brigada en activo.
«El caso de Tecate, en Baja California, claro que nos debe de poner a trabajar porque en ese municipio el personal no encontró más que cinco tomas en 2015 y nos cierra 2018 con 39 tomas, ya le encontraron el modo a ese ducto y seguro va a seguir subiendo», ejemplificó.
El Ejército apoya a Pemex desde el sexenio de Vicente Fox en el combate al robo de combustible a Pemex, no obstante, desde 2012, con los convenios de seguridad con la empresa los soldados comenzaron a contabilizar estos hallazgos.
Axapusco y Otumba, en el Estado de México, pasaron a ser focos rojos: en el primero el Ejército detectó dos tomas clandestinas en 2015 y 120 en 2018, y el segundo fue de tres tomas ilegales a 139 puntos de ordeña.
«Y ahí vienen otros municipios en el Estado de México que van a comenzar a dar problemas, uno de ellos es Ixtlahuaca, Huehuetoca y Teotihuacán, donde se debe trabajar desde ahora», alertó.
En Hidalgo, Cuautepec se disparó a 233 tomas clandestinas en 2018, cuando en 2015 apenas el Ejército reportó tres piquetes a ductos, mientras que Tlajomulco, en Jalisco, pasó de 12 tomas clandestinas en 2015 a 157 en 2018.
Michoacán, una entidad que estaba apartada de los huachicoleros, comenzó a resentir la ordeña en Cuitzeo, que cerró 2018 con 512 tomas clandestinas localizadas por las tropas militares. Copándaro y Tarímbaro, que no existían en el mapa del huachicol, reportaron 177 y 176, respectivamente.
Morelos también brincó a los militares, en especial el Municipio de Huitzilac, que pasó de una toma clandestina en 2015, cero en 2016 a 128 en 2017. El año pasado registró 83 debido a las operaciones militares, lo que llevó a los huachicoleros a voltear hacia Cuernavaca.
De la noche a la mañana varios municipios de Puebla comenzaron a repuntar en la ordeña a ductos, como San Martín Texmelucan, que pasó de dos tomas clandestinas localizadas por soldados en 2015 a 228 en 2018.
En Sinaloa, azotado por los huachicoleros en 2015, principalmente en Culiacán y Mocorito, ahora se centraron en el tramo del Municipio de Salvador Alvarado, que subió de tres tomas clandestinas en ese año a 81 en 2018.
Hasta el cierre de 2018, Guanajuato lideró la ordeña al poliducto de Salamanca-Tula, principalmente en los tramos que atraviesan Irapuato, Salamanca, Pénjamo y León, donde la violencia reportó los picos más altos de la entidad.
En Jalisco repuntan los Municipios de Zapotlanejo y Tlajomulco. En ambos estados los poliductos de 16 pulgadas Salamanca-León y Salamanca-Jalisco, con una operación de 23 mil y 80 mil barriles al día, son constantemente saboteados por los huachicoleros.