Ximena fue golpeada por cuatro agentes que la tiraron al piso, le dieron puñetazos en el rostro, la ahorcaron, la esposaron y la subieron a una patrulla.

A los 16 años, a Ximena la golpearon tanto que terminó con las botas de una oficial de Policía marcadas en la cara. Sus ojos, llenos de sangre. Golpes en todo el cuerpo, la boca desecha, un esguince en el cuello que aún le causa dolor. Pero peor, el miedo que todavía le da salir a la calle. 

La tortura que sufrió por parte de la policía de la Ciudad de México fue apenas hace 10 meses. Un sábado cuando salió con sus amigos, vieron a un grupo de policías que golpeaban a un chico que ellos no conocían. 

Por ese simple hechos, fue golpeada por cuatro agentes que la tiraron al piso, le dieron puñetazos en el rostro, la ahorcaron, la esposaron y la subieron a una patrulla sin decirle los motivos de su detención. 

Acusada de robar 10 mil pesos, unos tenis, celulares y dos tarjetas del Metrobús con 30 pesos cada una, Ximena estuvo en prisión poco más de 24 horas. Enfrentó su proceso en libertad y recibió terapias de rehabilitación para menores como si hubiera cometido un delito. 

La Comisión de Derecho Humanos de la Ciudad de México (CDH) señaló a la Procuraduría General de Justicia de la CDMX por 15 carpetas por el delito de tortura contra menores y personas jóvenes de 2014 a la fecha, entre ellos el de Ximena. En tanto, la PGJCDMX y la Secretaría de Seguridad Ciudadana informó que existen 13 investigaciones contra servidores públicos por el delito de tortura en agravio de niños, niñas y adolescentes en 2018 y 2019.

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