Los otros dos cádaveres pertenecen a una mujer que administraba un restaurante en Cholula y a un comerciante


El pasado 10 de abril, en Xicohtzinco, Tlaxcala — a una distancia de 20 metros de la zona limitrofe con Coronango, Puebla — se encontraron tres personas muertas dentro de una camioneta X-Trail con placas de Puebla. Las autoridades de la Procuraduría General del Estado (PGJE) iniciaron las investigaciones pero podrían turnar la misma a la Fiscalía General del Estado (FGE).

De acuerdo con la información que se ha proporcionado por la autoridades poblanas, uno de los tres cuerpo, corresponde al de José Antonio R. de 42 años de edad, ex Policía Estatal y ex policía municipal, que al momento de su fallecimiento se desempeñaba como escolta.

Otro de los cuerpos, corresponde al de  Sheyla F. de 26 años, manager y chef de un restaurante de Cholula, así como  Enrique Demetrio J. de 50 años de edad dedicado a venta de refacciones.

Los cadáveres estaban envueltos en cobijas dentro de la camionesta que fue abandonada en un camino de terracería cercano al Río Atoyac a la altura de la comunidad de Xicohtzinco en los límites de Tlaxcala y Puebla, cullo hallazgo se reportó por un campesino.

Posterior a esto, el miércoles fue dejado otro cuerpo calcinado, también en los limites entre Puebla y Tlaxcala. Ante esto el titular del PGJE, Aarón Pérez Carro rechazó que Tlaxcala se haya transformado en un tiradero de cadáveres del crimen organizado que opera en la entidad poblana.

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