Sus familiares siguen sin explicarse quién o por qué pudieron haberla matado con la violencia con la que lo hicieron.

El pasado 8 de julio Guillermina salió de su hogar para ir a ver un ingeniero que le daría trabajo en una obra en Lomas de Angelópolis. Hoy, la mujer de 31 años de edad y madre de tres hijos volvió a casa pero en un féretro, por lo que con lágrimas en los ojos, la voz quebrada y una evidente frustración, su mamá pide justicia y castigo a aquellos que la mataron con extrema violencia.

En medio del velorio organizado de imprevisto en su casa de San Francisco Totimehuacán, la señora María del Carmen narra a e-consulta que fue apenas ayer por la noche que le entregaron el cuerpo en el Servicio Médico Forense y por ese motivo se organizó un breve homenaje luctuoso para sepultarla este mismo día.

Dentro de un pequeño cuarto compartido donde Guillermina vivía junto con sus dos hermanas, su padrastro y su madre, es esta última quien narra los detalles de este feminicidio donde el duelo no concluirá con el entierro de este día, pues de un momento a otro podrían aparecer (o no) las dos piernas que le fueron cercenadas a su hija y sin las que tuvo ser sepultada este día.

Con ayuda de los vecinos, amigos y familiares se pagaron los gastos funerarios de Guillermina, ya que el apoyo para gastos que le prometieron desde el gobierno del estado no ha sido entregado, aún y cuando María del Carmen externó en más de una ocasión que ni ella ni su familia tenían dinero para pagarle a la funeraria.

El último día que la vieron

María del Carmen recordó que el 8 de julio salió de su casa a trabajar. Era temprano, por lo que la mujer de 31 años seguía durmiendo y para no molestarla decidió irse sin decirle adiós.

Su pareja sentimental le contaría después que Guillermina salió de su casa aproximadamente a las 14:00 horas, diciendo que tenía que ir a Lomas de Angelópolis para ver a un «ingeniero» que le daría trabajo, pues ella participaba en obras como albañil.

«Ella trabajaba en las obras y ese día dijo que se iba a ver con un ingeniero por acá, por Lomas de Angelópolis. Salió de su domicilio el miércoles 8 de julio para ya no regresar», recuerda María del Carmen al borde del llanto.

Sus vecinos no recuerdan haberla visto ese día cuando salió de su casa. Hoy acudieron a la que fue su casa para llevarle flores y darle el pésame a los familiares, sin explicarse quién o por qué pudieron haberla matado con la violencia con la que lo hicieron, en un acto que para su madre sigue siendo incomprensible.

María del Carmen reprocha, «ahorita no estuvo completo su cuerpo, ahorita falta de sus rodillas para abajo, sus pies, fue muy triste y dolorosa la muerte de mi hija. Eso es lo que más me duele, todavía de que le quitan la vida, todavía que le hicieron lo que le hicieron, no se vale, no es justo lo que hicieron con mi hija».

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