Desde la emergencia del COVID-19, que provocó el cierre de establecimientos como restaurantes e inducía la sana distancia, los moteles sufrieron el abandono de las nuevas generaciones.

Después de la emergencia sanitaria, los jóvenes ya no regresaron a los moteles sino que fueron cambiando sus hábitos.

De cara a la celebración del Día del amor y la amistad, el próximo viernes 14 de febrero, en que habitualmente las parejas destinaban unas horas para demostrar su amor, los jóvenes han optado por otras opciones como la renta de espacios en Airbnb, departamentos propios y tener otras experiencias fuera de la ciudad.

Manuel Domínguez, presidente de la Asociación de Hoteles y Moteles, informó que la venta del 14 de febrero ha dejado de ser “extraordinaria”, como antaño, y ahora no llega a ser ni siquiera tan bueno como un fin de semana.

Los viernes y sábado son los mejores días para la ocupación de los casi 80 moteles establecidos en la ciudad, mismos que han tenido que invertir en tecnología y en amenidades, así como productos eróticos y permitir el acceso de alimentos u otros artículos solicitados en plataformas.

También explicó que la oferta de rentas de departamentos por Airbnb significan un tercio del número de cuartos de hotel, por lo que el sector se ha visto afectado por esta competencia.

Sin embargo, entrevistado durante el podcast A profundidad, de El Heraldo de Puebla, Manuel Domínguez garantizó que los moteles son seguros, tienen condiciones salubres y son discretos, por lo que incluso ya permiten el acceso de tres personas, incluso del mismo sexo, pues ha dejado de ser un tabú.

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