Paqueros, juegos de azhar y avisos de llantas ponchadas, los más frecuentes.
El titular de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal (SSPTM), Manuel Alonso García, informó que “los engaños” son los nuevos modelos de operación de los delincuentes para robar en la vía pública, esto al confirmar que habrá una investigación en el caso del joven que fue acusado de ser secuestrador en el Centro Histórico para quitarle su celular y cartera.
El titular de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal (SSPTM), Manuel Alonso García, informó que “los engaños” son los nuevos modelos de operación de los delincuentes para robar en la vía pública, esto al confirmar que habrá una investigación en el caso del joven que fue acusado de ser secuestrador en el Centro Histórico para quitarle su celular y cartera.
En entrevista, indicó que investigarán el caso de Iván Altamirano a quien en las inmediaciones de la Plaza de la Computación, una mujer le pidió auxilio porque un sujeto le había robado a su hijo, por lo que al seguir al presunto secuestrador –una calle adelante– éste comenzó a golpearlo junto con otro grupo de personas, con el objetivo de robarle su celular.
«Hay que analizar las imágenes, si hay complicidad y hay que saber si deambulan o son comerciantes o alguna otra situación. Por supuesto que se puede proceder en relación a la parte agraviada que le extraen su teléfono, y hay que estar atentos en esta zona sobre todo el Centro, usan muchos engaños para cometer delitos», comentó.
Indicó que la modalidad de la que fue víctima Iván Altamirano es nueva, pues en el Centro Histórico es común presencia de “paqueros”, el juego de la bolita e información falsa de llantas ponchadas para obligar al conductor a detener su vehículo y despojarlo de sus pertenecías.
Por ello, recomendó a los ciudadanos estar alerta y sobre todo no dejarse sorprender y evitar el acercamiento de personas extrañas que piden información.
Cabe mencionar que los «paqueros» son personas que colocan bultos afuera de cajeros o sucursales bancarias para hacer caer a otros individuos y robarles, actos de los que la SSPTM llega a registrar dos casos al mes.