Familiares de Jerónimo se dijeron molestos, ya que pese a que éste continúa grave, los responsables del daño que presenta trabajan como si nada hubiera pasado
A más de dos semanas que Jerónimo quedó hospitalizado luego de que le hicieron un mal masaje en los baños de vapor Villa Frontera, continúa sin recibir justicia y el lugar que había sido clausurado ya labora con toda normalidad.
En entrevista con familiares de Jerónimo, estos se dijeron molestos ya que pese a que éste continúa grave, los presuntos responsables del daño cerebral que presenta se encuentran trabajando como si nada hubiera pasado, mientras que ellos continúan en espera de una respuesta por parte de las autoridades.
“Buenas noches quiero que me ayude, ya abrieron los baños y no se ha hecho justicia (…) las autoridades no nos han dicho nada”, comentaron sus allegados.
La mala experiencia por la que atravesó el joven se volvió viral en redes sociales y medios de comunicación; sin embargo ni así les ha llegado la justicia que tanto piden, pues el inmueble donde ocurrieron los hechos (y que había sido clausurado) fue reabierto a inicios de diciembre.
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Pese a ésto, la familia Ramírez confía en que las autoridades volteen a verlos y hagan su trabajo ya que refieren no es justo que Jerónimo se encuentre postrado en una cama sin que los trabajadores de los baños tengan alguna sanción conforme a la Ley .
Tal y como Urbano Noticias lo informó, la mañana del 23 de noviembre, Jerónimo de 43 años, acudió a los baños Villa Frontera de la calle 5 Norte para ducharse.
En el lugar, le ofrecieron darle un masaje a lo cual él aceptó; sin embargo, nunca imaginó que las manos que lo «sobarían» le causarían un gran daño.
La persona que le hizo el trabajo a Jerónimo le tronó el cuello y en ese momento, comenzó a sentirse mal hasta que se desmayó; al despertar sólo le dieron un refresco y llamaron a una ambulancia pero nada más.
Jerónimo fue a dos hospitales, de los cuales en uno de ellos no quisieron recibirlo, por lo que prefirió irse a casa a descansar imaginando que al siguiente día ya se sentiría mejor, situación que no fue así.
Al amanecer del 24, éste seguía sintiéndose mal, por lo que sus familiares decidieron llevarlo a otro nosocomio en donde les confirmaron que el hombre presentaba un daño cerebral y requería de ser hospitalizado urgentemente.
El hombre de 43 años trabajaba como estilista en una estética ubicada en la colonia Amalucan para sacar adelante a sus dos hijas de 12 y 15 años y a su mamá de 74, quien dependía totalmente de su hijo.
Jerónimo dedicó gran parte de su vida en arreglar el cabello de las personas, lo que lo hizo convertirse en un ser muy reconocido en todas las colonias a las que acudía a laborar, pues su trabajo hablaba muy bien de él.