Se hizo un seguimiento aproximadamente de 6 meses a más de un año a una pequeña cohorte de personas que habían tenido COVID19
Uno de cada tres sobrevivientes de COVID-19 fue diagnosticado con una afección neurológica o psiquiátrica dentro de los seis meses posteriores a la infección, siendo la ansiedad y los trastornos del estado de ánimo los más comunes (Taquet et al., 2021). Los hallazgos más recientes revelan que la depresión, el insomnio y los síntomas relacionados con el trauma sufridos por estas personas pueden empeorar con el paso del tiempo (Kyzar et al., 2021).
Qué metodología usaron
Para esta investigación longitudinal, se hizo un seguimiento aproximadamente de 6 meses a más de un año a una pequeña cohorte de personas que habían tenido COVID-19. El objetivo era detectar síntomas psiquiátricos duraderos y, consecuentemente, ser capaces de brindar atención de seguimiento más enfocada.
El análisis incluyó a 52 personas que tenían una infección por COVID-19 confirmada y completaron encuestas de referencia y de seguimiento. Los participantes reclutados pertenecían al área metropolitana de la ciudad de Nueva York, entre el 15 de abril de 2020 y el 23 de febrero de 2021. Completaron cuestionarios médicos y psiquiátricos en línea y también visitaron un laboratorio para realizar exámenes físicos. También respondieron encuestas de seguimiento entre 24 y 60 semanas después de la inscripción inicial.
Qué encontraron
En el estudio fueron halladas tasas relativamente altas de insomnio, síntomas depresivos y síntomas relacionados con el trauma en el seguimiento a largo plazo (al menos 24 semanas después de la infección inicial). “
Un dato que resaltan los investigadores es que las puntuaciones del cuestionario durante el seguimiento mostraron que los síntomas relacionados con el trauma y el TEPT parecían empeorar en comparación al momento inicial de inscripción para participar en el estudio.
Dentro de las limitaciones de la investigación se señala la carencia de un grupo de control, a la vez que no se controló algunos factores socioeconómicos importantes, por lo que no quedó claro si los cambios observados en los síntomas fueron el resultado de haber padecido COVID-19. Pero los hallazgos están en línea con un estudio similar, que examinó los síntomas relacionados con el trauma en sobrevivientes de COVID-19 en Wuhan, China, e incluyó un grupo de control (Tu et al., 2021).
Futuras investigaciones deberían abordar qué factores de riesgo pueden contribuir a la duración de los síntomas neuropsiquiátricos después de la infección por COVID-19, así como investigar los mecanismos neurobiológicos que podrían estar involucrados.