En Sudáfrica, la omnipresencia de la variante ómicron permite observar su comportamiento en las personas infectadas.
Hace casi quince días, el 25 de noviembre, Sudáfrica reveló el descubrimiento de una nueva variante de Covid-19, rápidamente bautizada como ómicron. Una mutación identificada gracias al trabajo de investigadores sudafricanos, pero cuyo origen sigue siendo desconocido.
Actualmente, ómicron domina las nuevas infecciones en Sudáfrica. Responsable de un aumento exponencial de nuevos casos, su velocidad de propagación no tiene precedentes. Pero es una «forma mucho menos grave de Covid-19».
Esta es al menos la principal conclusión a la que ha llegado el Dr. Richard Friedland, director del grupo hospitalario privado Netcare, in situ. Después de tres semanas de observación, explica que los pacientes con los que se encontró tenían síntomas «mucho más leves».
Situación bajo control en los hospitales del grupo
El Dr. Friedland se basó en 800 pacientes ingresados en el hospital desde el 15 de noviembre, así como en más de 50.000 pacientes atendidos en las clínicas del grupo. Y su punto de comparación es con las tres cepas anteriores.
Prácticamente todos los pacientes afectados por estas observaciones en las últimas semanas han presentado síntomas leves de gripe: nariz tapada o moqueo, dolor de cabeza, dolor de garganta. Estos síntomas no requieren hospitalización.
La situación está controlada en los hospitales del grupo. Entre los admitidos, sólo el 10% necesita oxígeno, frente al 100% de las tres primeras oleadas. Estas observaciones corroboran otras realizadas por médicos generalistas y grupos hospitalarios sudafricanos.
Los médicos subrayan que estas tendencias, si bien son tranquilizadoras, deben afinarse y explicarse en los próximos días.
F. RFI