Activistas mexicanas planean proporcionar a las mujeres de Texas y otros estados de EE. UU. información, apoyo y píldoras para inducir el aborto.

En Estados Unidos, las restricciones al aborto se han multiplicado durante años, incluso justo al otro lado de la frontera con México, en Texas.

De acuerdo con el diario New York Times, ahora la Corte Suprema está considerando un caso que podría disminuir o anular completamente el caso Roe vs. Wade, la sentencia de 1973 que estableció el derecho constitucional al aborto. Eso probablemente desencadenaría nuevas restricciones en al menos 20 estados.

Pero en gran parte de América Latina, donde el acceso al aborto está muy limitado desde hace tiempo, grupos feministas muy organizados distribuyen desde hace años los medicamentos que inducen el aborto, lo que dificulta que los gobiernos apliquen las prohibiciones del procedimiento.

Cruz y otras activistas planean ayudar a transportar a México a las mujeres de Texas y otras estadounidenses que quieren abortar. La idea es crear redes para llevar las píldoras abortivas al norte de la frontera o enviarlas por correo, algo que ya han empezado a hacer y que ahora planean ampliar. “No tenemos miedo”, dijo Cruz.

“Estamos dispuestas a enfrentar esa criminalización. ¿Por qué? Porque vale más la vida de las mujeres que su ley”. La estrategia es muy polémica, porque implica a activistas extranjeras que trabajan directamente para socavar la legislación estadounidense.

También ilustra lo que los activistas de ambos lados del debate sobre el aborto ven como una nueva frontera de la batalla: la capacidad del gobierno para controlar el aborto cuando las mujeres pueden realizarlo en la intimidad de sus hogares, con píldoras que están más disponibles que nunca.

El jueves, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés) dijo que los fármacos abortivos pueden entregarse por correo, haciendo permanente una medida promulgada a causa de la pandemia y ampliando el acceso de las mujeres que tienen dificultades para llegar donde un proveedor para interrumpir su embarazo.

Pero varios estados prohíben la entrega de estas píldoras por correo, o siguen exigiendo que los medicamentos sean dispensados por los proveedores en persona, además de otras restricciones en su uso.

En Texas, una nueva ley prohíbe a los médicos suministrar píldoras para inducir el aborto después de las siete semanas de embarazo, y añade penas de cárcel y una multa de hasta 10.000 dólares para quien envíe por correo o entregue la medicación.

Los expertos legales dicen que estas leyes pueden ser impugnadas después de la decisión de la FDA, sin embargo, por ahora, estas medidas estatales podrían disuadir a los médicos estadounidenses de enviar píldoras a partes del país con regulaciones restrictivas.

“Por primera vez, Texas tiene una forma de proteger a las mujeres, a través de nuestro derecho penal, de las personas que traen píldoras abortivas peligrosas”, dijo Joe Pojman, director ejecutivo de la Alianza por la Vida de Texas, una organización que ayudó a elaborar la medida. “Tendremos que esperar a ver cómo se aplica en los próximos meses”.

Los grupos antiabortistas reconocen que castigar penalmente a las activistas que distribuyen las píldoras, especialmente si son de México, puede resultar difícil.

Tendrían que ser atrapadas y detenidas en Texas, o extraditadas, dicen los expertos. “Esto es un ataque realmente terrible y sin ley contra la vida”, dijo John Seago, director legislativo de Texas Right to Life, sobre el plan de las activistas mexicanas para ayudar a las mujeres de Texas a abortar, y añadió que esos esfuerzos “harían absolutamente más difícil hacerlo, hacer cumplir estas leyes”. Rebecca Gomperts, líder de Aid Access, un grupo con sede en Austria que proporciona píldoras abortivas a mujeres de todo el mundo, confirmó que ha estado recetando la medicación a mujeres en Texas —que luego reciben los fármacos por correo desde una farmacia en la India— incluso después de que la ley del estado entrara en vigor este mes.

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