Los bebés amamantados, tienen menos probabilidades de ser niños o adultos obesos
Se podrían salvar 800 mil vidas de menores de 5 años de edad, si la lactancia materna fuera óptima en los primeros 23 meses de edad, sostiene la Pediatra, Isabel Vázquez, supervisora de atención médica hospitalaria, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Tlaxcala.
La buena nutrición es una condición fundamental para el crecimiento y el desarrollo normal. La dieta y sus contenidos influyen en todas las esferas del desarrollo psicomotor desde las etapas más tempranas, situación justificada por el importante crecimiento cerebral en los dos primeros años de la vida y el progreso de la mielinización.
La mielinización es el desarrollo de una vaina de mielina en torno a las motoneuronas. La mielinización mejora la velocidad de conducción de los impulsos nerviosos, lo cual permite que las reacciones sean rápidas y los movimientos diestros.
Por ello, para la especialista del IMSS en Tlaxcala, la leche materna contiene todos los elementos nutritivos que necesita el recién nacido para su crecimiento y desarrollo, así como las sustancias que lo protegen contra infecciones y alergias. La cantidad y calidad de la leche materna es suficiente, por lo que no es necesario dar otros alimentos, antes de los seis meses.
Asegura Isabel Vázquez, que los bebés amamantados, tienen menos probabilidades de ser niños o adultos obesos.
La alimentación mediante pecho materno, debe iniciarse inmediatamente después del nacimiento, cada niño va marcando su frecuencia de alimentación de acuerdo a su necesidad, los bebés suelen comer cada 3 horas, algunas veces antes y otras un poco después y hay que amamántelo cuando el bebé lo pida y durante el tiempo que él lo requiera, a esta forma se le llama alimentación a libre demanda.
El o la bebé manifiesta tener hambre mediante movimientos rápidos de los ojos, chupeteo, se lleva la mano a la boca, abre su boca en búsqueda del pecho, se pone inquieto y al final llora, explica la pediatra del IMSS en Tlaxcala.
La mamá debe dar de comer el tiempo que el bebé lo requiera, asegurándose de ofrecerle ambos pechos. Antes de ofrecer el otro pecho, hay que ayudar al bebé a sacar el aire que tragó. Coloque la cabeza del niño o niña sobre su hombro, dele unas palmadas suaves pero firmes sobre la espalda, hasta que eructe todo el aire; si devuelve un poco de leche no se preocupe, es normal, señala la especialista.
La mamá debe llevar una alimentación saludable, que contenga las sustancias nutritivas requeridas para ella y para el bebé. Comer suficiente cantidad de verduras, frutas, cereales integrales y leguminosas (frijol, lentejas, habas, garbanzos, chícharos, etc.). En menor cantidad, leche, queso, carne y huevo. Durante la lactancia no debe fumar ni tomar bebidas alcohólicas, café, refrescos, ni automedicarse. Beber suficiente agua simple o de frutas frescas. Para que la o el recién nacido crezca saludablemente, es necesario que le dé leche materna exclusivamente durante los seis primeros meses de vida y en forma complementaria hasta los dos años, concluyó Isabel Vázquez.