La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja hacerlo con mayor frecuencia como medida de prevención ante el brote de neumonía por el nuevo coronavirus.

Las manos son la principal vía de transmisión de gérmenes. Miles de personas mueren diariamente en todo el mundo a causa de infecciones contraídas mientras reciben atención sanitaria, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), quien estos días aconseja hacerlo con mayor frecuencia como medida de prevención ante el brote de neumonía por el nuevo coronavirus (2019-nCoV) originado en Wuhan (China).

Más allá de esta alerta puntual, se trata de una medida mucho más necesaria, y útil, de lo que pensamos para nuestro día a día. La comunidad científica internacional coincide en que el lavado de manos representa la medida más importante para evitar la transmisión de gérmenes perjudiciales y de evitar las infecciones, el contraer una enfermedad.

Desde los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) enumeran asimismo los momentos clave en los que hay más probabilidad de contraer y propagar microbios, y tras los que habría que lavarse las manos: Antes, durante y después de preparar alimentos; antes de comer; antes y después de cuidar a alguien en su casa que tenga vómitos o diarrea; antes y después de tratar una cortadura o una herida; después de ir al baño, cambiar pañales o limpiar a un niño que haya ido al baño; después de sonarse la nariz, toser o estornudar; después de tocar a un animal, alimento para animales o excrementos de animales; después de manipular alimentos o golosinas para mascotas; después de tocar la basura.

«Lavarse las manos es fácil, y es una de las formas más eficaces de prevenir la propagación de microbios. Las manos limpias pueden detener la propagación de los microbios de una persona a otra y en toda la comunidad, desde sitios como su casa y lugar de trabajo hasta guarderías infantiles y hospitales», defienden los CDC.

De hecho, es tan importante lavarse las manos que, tal y como recuerda la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SEMFYC), desde hace varios años la Organización Mundial de la Salud estableció el 5 de mayo como el Día Mundial de la Higiene de Manos.

«Dicha fecha se eligió pensando de forma especial en el colectivo médico para que tomaran conciencia de los riesgos que se pueden evitar con una buena higiene de manos, tanto desde el punto de vista sanitario como desde el punto de vista económico», aclara.

En concreto, la higiene de manos puede realizarse ya sea con un lavado con agua y jabón, siempre la mejor opción, o bien a través de un limpiador o desinfectante de manos que contenga, al menos, un 60% de alcohol. Lo ideal es hacerlo durante más de 20 segundos, según recomiendan los organismos internacionales. Si necesitas un reloj, tararea al menos dos veces la canción del ‘cumpleaños feliz’ de principio a fin, sugieren los expertos.

«La evidencia indica que lavarse las manos durante alrededor de 15 a 30 segundos elimina más microbios de las manos que lavárselas durante periodos más cortos. Por lo tanto, muchos países y muchas organizaciones mundiales han adoptado la recomendación de que el lavado de manos dure unos 20 segundos. Algunos recomiendan entre 20 y 30 segundos adicionales para el secado», añaden los CDC.

Con ello, plantea estos 5 pasos para un correcto lavado de manos:

1.- Mójese las manos con agua corriente limpia (tibia o fría), cierre el grifo y enjabónese las manos.

2.- Frótese las manos con el jabón hasta que haga espuma. Frótese la espuma por el dorso de las manos, entre los dedos y debajo de las uñas.

3.- Restriéguese las manos durante al menos 20 segundos. ¿Necesita algo para medir el tiempo? Tararee dos veces la canción de ‘Feliz cumpleaños’ de principio a fin.

4.- Enjuáguese bien las manos con agua corriente limpia.

5.- Séqueselas con una toalla limpia o al aire.

CONTAMINACIÓN DE MANOS

Mientras, desde la Federación Internacional para el Control de las Infecciones (IFIC por sus siglas en inglés) explican que, en condiciones normales, la piel humana presenta una flora microbiana residente o transitoria.

Sobre la flora residente dice que es protectora y es menos probable que desencadene una infección asociada a la atención en salud (IAAS). Eso sí, advierte de que sí puede contaminar cavidades corporales estériles, ojos o piel no intacta. Mientras, señala que la flora transitoria coloniza las capas superficiales de la piel y es una causante frecuente de IAAS, en la medida que es adquirida y transmitida por los trabajadores de la salud en su contacto directo con pacientes o superficies ambientales contaminadas.

IFIC señala también la importancia del lavado de manos, especialmente entre el profesional sanitario, ya que estos trabajadores pueden contaminar sus manos o guantes quirúrgicos con patógenos, así como con algunos virus (por ejemplo, virus sincicial respiratorio y rinovirus), mediante el contacto con sitios infectados, heridas supurantes, piel de los pacientes o superficies contaminadas dentro del centro de atención en salud, especialmente las que rodean al paciente.

«Algunas actividades, como el contacto directo con pacientes, contacto con fluidos o desechos corporales, cambio de pañales y cuidado respiratorio conducen a una mayor contaminación de las manos», sentencia.

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