El padecimiento degenerativo es la primera causa de atención neurológica y de discapacidad en mayores de 55 años a nivel mundial.
La enfermedad de Parkinson es la primera causa de atención neurológica y de discapacidad en el mundo en personas mayores de 55 años, y en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se tienen registrados más de 300 mil pacientes, los cuales pueden ser tratados con medicina de última generación y tecnología de estimulación cerebral profunda, en los casos que sean conducentes.
Se trata de una terapia de vanguardia mundial para derechohabientes con Parkinson, ya que se les coloca un marcapasos que estimula la zona afectada a partir de lo cual presentan una notable mejoría y vuelven a moverse, pueden caminar, hablar, reducir síntomas de rigidez y temblor de extremidades.
Mediante una pequeña abertura en el cráneo del paciente se le coloca el neuroestimulador, el cual envía impulsos eléctricos a la zona afectada del cerebro, para interferir y bloquear las señales que causan los síntomas del Parkinson.
En México, de 80 al 85 por ciento de los casos ocurren entre los 55 y 60 años de edad, siendo más frecuente en hombres, tres por cada dos mujeres.
Cuando el paciente empieza con temblor en cualquier parte del cuerpo, la enfermedad ya se encuentra avanzada; se calcula que al presentarse el primer síntoma la persona ha perdido 80 por ciento de las neuronas que producen la dopamina, la cual controla el movimiento y por ende produce este padecimiento.
Al pasar meses o años sin atención médica, 20 por ciento de las personas pueden tener temblor en extremidades, cabeza, barbilla, incluso, en la boca.
El temblor característico sólo se produce en reposo, la mano está descansando y hace un movimiento conocido como temblor en cuenta monedas.
Otro síntoma es la rigidez, el paciente se siente duro, apretado; pierde capacidad para moverse, para girar y es lento para realizar sus actividades cotidianas.
Además, pierde la expresión facial y pareciera que estuviera enojado; tiene complicaciones para hablar, baja el sonido de la voz, se enreda la lengua, empieza a salivar; hay grasa en la frente; así como estreñimiento, problemas urinarios y depresión.
Hay dificultad para caminar, arrastra un pie o ambos; asume una postura flexionada, con las manos hacia adentro, sin realizar a la marcha el braceo normal y presenta dolor por la rigidez de las extremidades.
Al alcanzar edades de 72 a 75 años en promedio, se está más expuesto a desarrollar enfermedades degenerativas como el Parkinson, por ello, hay que estar atentos a los síntomas mencionados y si hay dolor permanente en articulaciones, a fin de acudir con su médico familiar, para ser referido al servicio de especialidad.
Para tratar el padecimiento, en el IMSS se cuenta con apoyo de terapistas, psicólogos, psiquiatras, urólogos, internistas y neurólogos; además de brindar rehabilitación física, medicamentos y tecnología avanzada como estudios con resonancia magnética y marcapasos cerebral, para pacientes candidatos a esta terapia.