Somnolencia, irritabilidad, dificultades en la atención, la concentración, la memoria.
Es otra vez ese momento del año en que debes recordar hacer un ajuste en los relojes de tu hogar, aunque en esta ocasión, el cambio consiste en atrasar una hora en esos aparatos.
Esto se debe al final del horario de verano, una medida que en México se aplica desde hace más de dos décadas y está dirigida a conseguir un ahorro de energía entre abril y octubre.
Muchas personas afirman pasar por una etapa de ‘adaptación’ en abril, cuando el reloj se adelanta una hora. Así que la pregunta en esta ocasión es: ¿moverse al horario de invierno causa algún efecto en la salud?
Relojes biológicos
Los ritmos de las personas están regidos por ‘relojes biológicos’, que se ubican en núcleos neurológicos ubicados en el quiasma óptico del cerebro.
Esos no son los únicos ‘relojes’ que tenemos en nuestro organismo, de acuerdo con un estudio publicado por la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). El más común de ellos, el fisiológico dura alrededor de 23 horas, pero hay otros, como el del estado de ánimo, que se extienden hasta 28 horas o el intelectual, que puede alcanzar hasta las 33 horas.
Entender este aspecto es clave para comprender el por qué pueden haber afectaciones en las personas con el cambio de horario que, ojo, no llegan a producir ningún tipo de enfermedad.
El estudio de la máxima casa de estudios señala que las personas o grupos más afectados por el retraso de una hora pueden ser las personas que tienen una estructura poco flexible en lo biológico y en lo psicoemocional, y aquellas que llevan una agenda rígida en cuanto a las actividades que realizan.
¿Qué efectos pueden llegar a sentir?
En lo que se refiere al sistema nervioso central, puede haber somnolencia, irritabilidad, dificultades en la atención, la concentración, la memoria.
También puede haber fatiga o bajo rendimiento entre la población, así como cambios en el estado de ánimo.
Existe la posibilidad de trastornos digestivos, como un aumento de secreción del jugo gástrico, disminución diurna y aumento nocturno del apetito.