El 40 por ciento de la atención psicológica tiene que ver con la relación padre-hijo
El psicólogo de la Unidad de Medicina Familiar (UMF) número 2 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Puebla, Francisco Romero Bedolla, expuso que lo modelos familiares han cambiado y por ello, en el consultorio se le brinda tratamiento a los hijos e hijas de padres separados con la intención de evitar daños psicológicos o comportamientos agresivos.
Recordó que a partir de las cinco últimas décadas, debido a los avances tecnológicos y sociales, han cambiado las maneras de pensar; en los años 70´S el número de hijos era de 6.7 y actualmente es de 1.7, pero, contrario a esto, por las actividades de los padres, se les dedica menos tiempo de calidad, lo que ha originado problemas psicológicos hasta en un 40 por ciento de los casos que se atienden en el Seguro Social.
El especialista dijo que por los avances médicos “encontramos hijos procedentes de diversos modelos familiares: biparental, conformada por padre, madre e hijos; extensa, se caracteriza por la crianza de los hijos a cargo de distintos miembro de la familia; homoparental, conformada sólo por uno de los padres; adoptiva, a los padres que deciden adoptar a un menor.
Asimismo, también hay parejas con estilos de vida diferentes que viven sin tener hijos: varias parejas recurren a esta forma de vida por dedicarse a prioridades como es viajar, estudiar y trabajar, incluso gente soltera concibe a través de la donación de gametos o donación de embriones fecundados para otras parejas, detalló el especialista del Instituto.
Ante este panorama, recomendó que los padres deben realizar más actividades con sus hijos, dedicarles tiempos de calidad, a través pláticas, realizar alguna actividad, inculcar valores, establecer límites, explicar del porqué de la situación y si ya hay una muestra de rebeldía y falta de respeto se debe acudir con psicólogo para trabajar en la salud emocional.
Finalmente, recomendó a las parejas que están en proceso de separación a no involucrar a los menores, por el contrario, tienen que explicarles la situación, además de estar pendientes de su comportamiento para que lo pueda atender un especialista y el dolor de la separación no afecte su desarrollo.