El incremento de los viajes internacionales, la urbanización y el hacinamiento son factores que la pueden generar
La influenza ha alcanzado un fuerte repunte en México. En las primeras semanas de 2019 se han reportado un total acumulado de 4 mil 116 casos con 395 personas fallecidas.
El mayor índice se ha registrado en la Ciudad de México, Estado de México, Hidalgo, Puebla, Oaxaca, Chihuahua y Veracruz.
La doctora Alejandra Méndez Pérez, directora de la Clínica Sansce, alertó sobre lo anterior, con base en datos de la Organización Mundial de la Salud.
Precisó que la influenza es una infección que se caracteriza por ser una enfermedad respiratoria, que puede ir desde leve en nariz y garganta hasta grave manifestándose con neumonía, lo cual puede poner en riesgo la vida de la persona que la padece.
Existen varios tipos de virus de influenza, pero el que hasta el momento produce el mayor número de casos en México es el N1H1, el cual fue el responsable de la pandemia (epidemia mundial) del año 2009.
A partir de ese año, la influenza se ha manifestado en la población de México, inicialmente con tendencia a la baja; sin embargo, desde el 2014 se incrementaron los casos de enfermos y de defunción. 2019 inició con un mayor número de casos en comparación con los años anteriores.
La doctora Méndez indicó que el propósito de la vacuna contra la influenza es evitar casos graves y complicaciones, aunque advirtió que el hecho de estar vacunado no evita la infección, solo ayuda a no presentar las modalidades más graves de la enfermedad.
En el embarazo la vacuna se considera segura y se recomienda durante la temporada de gripe para proteger a las mujeres de una enfermedad grave, pero también para salvaguardar a los lactantes contra la gripe durante sus primeros meses de vida.
Recordó que los síntomas más comunes de la enfermedad son fiebre alta de aparición súbita, dolores musculares y dolor intenso de cabeza, malestar general importante, tos seca, malestar en garganta y escurrimiento nasal.
El virus se transmite muy fácilmente de persona a persona a través de las gotitas pequeñas que son expulsadas al toser o estornudar y esto contribuye a su rápida propagación y al riesgo de cada año desarrollar epidemias.
Aunque la mayoría de la gente se recupera de manera espontánea entre la primera y la segunda semana; existen personas que están en riesgo de desarrollar formas más graves de la enfermedad como son niños menores de 10 años, personas mayores de 65, embarazadas y quienes tienen alguna enfermedad crónica, como asma, bronquitis crónica, enfisema pulmonar, diabetes, cáncer, alguna deficiencia inmunológica, entre otras, ya que se les puede desarrollar neumonía que en el peor de los casos, les puede ocasionar la muerte.
Por eso hay recibir atención médica lo más pronto posible.
RECOMENDACIONES ESPECIALES CONTRA LA INFLUENZA
La experta médica apunta que lo más importante es que si ya hay alguien enfermo se debe evitar que contagie a otros, por lo que da a conocer algunas recomendaciones para reducir la propagación del virus:
1. Guardar distancia. Mantenerse al menos a un metro de distancia de cualquier persona que tosa o estornude.
2. Quedarse en casa. Es importante descansar cuando se tienen síntomas de infección respiratoria, además de poner en riesgo a tus compañeros de trabajo y las personas que van junto a ti cuando te transportas. Descansar aumenta las posibilidades de una recuperación mas rápida.
3. Usar cubrebocas. Cubrir boca y nariz al toser o estornudar para evitar que se disperse el virus.
4. Limpieza constante en manos. Lavarse las manos con agua y jabón es de suma importancia, ya que las gotitas que contaminan las manos posteriormente se van depositando en las superficies que vamos tocando y se van contaminando, pudiendo esto ser otro foco de infección para las personas sanas.
5. Separar al enfermo. Destinar un espacio separado al enfermo en casa. Mantener a una persona enferma alejada de los demás ayuda a disminuir la transmisión de la enfermedad a los familiares que están sanos.
6. Cuidados del enfermo. Si hay alguien enfermo en casa hay que procurar que una sola persona lo cuide. Se deben extremar precauciones y lavarse las manos después de atenderlo.
7. Cuidar la deshidratación. El enfermo debe consumir abundantes líquidos ya que la fiebre, la respiración acelerada y las abundantes secreciones generan pérdida de agua del cuerpo, situación que empeora si no quiere comer, tiene vómito o diarrea.
8. Alerta con signos graves. Los signos de gravedad hay que reconocerlos rápidamente y buscar atención médica lo más pronto posible.
Estos datos pueden indicar que la persona pueda estar desarrollando neumonía.
La atención temprana siempre da mas posibilidades de recuperación y menos riesgo de complicaciones y muerte.