Edurne Ochoa, presidenta de 33 Mujeres AC, subrayó que no es el único caso de violencia política de género contra mujeres en encargos ganados en las urnas.
Para la presidenta de 33 Mujeres AC, Edurne Ochoa, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) debe tomar cartas para que Jaime Aparicio devuelva la alcaldía de Tepexco a su esposa, Aniceta Peña.
Esto luego que la excandidata del tricolor ganara los comicios de la localidad, rindiera protesta al cargo el pasado 15 de octubre y solicitara licencia para que su marido convenciera al suplente para no aceptar el encargo y pudiera asumirlo.
Durante una entrevista telefónica, Edurne Ochoa subrayó que este es el primer caso visible de este tipo en toda la entidad; pero no es el único, toda vez que su agrupación ha logrado documentar 174 casos de violencia política contra mujeres que ganaron cargos públicos.
Entre ellos, dijo, hay esposas, madres, hermanas u operadoras de confianza de hombres en todas las fuerzas políticas, que no pudieron competir por puestos públicos a causa de la regla que estableció la “paridad de género”; pero que ahora son quienes realmente toman las decisiones.
Mencionó que durante las campañas se presentó un fenómeno denominado “candidatas florero”, donde las mujeres sólo fungían como acompañantes de sus parejas, hermanos o padres a realizar campaña, pese a ser ellas quienes ostentaban la candidatura formal.
Detalló que ahora, luego de asumir los cargos, algunas de ellas han comenzado a manifestar preocupación por la responsabilidad legal que les implica ser quienes firman la documentación, sin ser las que ejercen la autoridad en la práctica; sin embargo, destacó que solo 15 de ellas han presentado denuncias formales al respecto.
Edurne Ochoa conminó en ese contexto a que las víctimas de violencia de género presenten las denuncias y puedan tomarse acciones, mientras tanto, llamó a los partidos políticos a que asuman sus responsabilidades para capacitar cuadros femeninos para cumplir verdaderamente con lo establecido en la ley.