El autollamado candidato ciudadano respondió irascible en al menos ocasiones: una contra sus contrincantes y la otra hacia una de las moderadoras del encuentro.
Enrique Cárdenas Sánchez, candidato de los partidos Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC) al gobierno de Puebla, no pudo ocultar la molestia que le provoca ser cuestionado sobre sus bienes o el conocimiento de la entidad.
Durante el único debate oficial entre aspirantes a Casa Puebla, el autollamado candidato ciudadano respondió irascible en, cuando menos, dos ocasiones evidentes: una contra sus contrincantes y la otra hacia una de las moderadoras del encuentro.
La primera ocurrió cuando Luis Miguel Barbosa, de la coalición Juntos Haremos Historia y Alberto Jiménez Merino, del PRI, le echaban en cara que desconocía la entidad, que nunca la había recorrido ni trabajado en ella.
“¡Claro que conozco el estado, lo he recorrido!”, respondió, y después, en múltiples ocasiones se le vio airado cuando hacía esfuerzos por señalar a Barbosa Huerta, quien respondía catalogándolo como “perdedor” y “fichita”.
Su segunda reacción de molestia se percibió cuando una de las moderadoras del encuentro le preguntó si tenía algo que aclarar sobre su patrimonio, estimado en cerca de 27 millones de pesos. A la misma moderadora, minutos antes, la había acusado de interrumpirlo y no dejarlo terminar una idea.
Sobre sus bienes, reclamó que nadie podría decirle que los había obtenido de forma indebida y lanzó un reto: renunciaría a la candidatura que le dieron los partidos, si se lograra confirmar que mintió.
Sin embargo, exigió que los otros candidatos hicieran lo propio si se les comprobaba que habían faltado a la verdad. Posteriormente, luego de ofrecer un intercambio con su hotel de San Pedro Cholula, retó directamente a Luis Miguel Barbosa si le comprobaba “mañana o pasado”, que su casa en Coyoacán tenía un valor por encima de los 15 millones de pesos.
A lo largo del debate, Enrique Cárdenas se mostró dudoso para contestar sobre temas como los matrimonios igualitarios o el aborto, incluso respondió confundido “¿Proyectos de muerte?”, cuando se le preguntó cuáles de estos cancelaría.
También hizo alusión a sus creencias religiosas cuando se le dijo si estaría dispuesto a darle paso a la opinión de los indígenas, aunque esto implicara hacer consultas a mano alzada, sobre lo que contestó: «¡claro que no, ni lo mande la virgen!».
Cárdenas Sánchez, además, minimizó al priista Alberto Jiménez Merino, a quien le dijo que la pelea por Casa Puebla es entre dos, el morenista y él. A la par, calificó a Andrés Manuel López Obrador como un gobernante honesto.
Durante el festejo posterior al debate, el candidato del blanquiazul y los líderes nacionales de los partidos que lo impulsan lanzaron un llamado para que los simpatizantes y militantes redoblen el esfuerzo en la recta final de la campaña.
Incluso, Fernando Belaunzarán, integrante del PRD a nivel nacional, reconoció que aún se requiere remontar la cifra a pesar de que su candidato ha dicho en insistentes ocasiones que ya había dado la voltereta a los números.
En todos los casos, aceptaron que ahora deben buscar el voto de los indecisos, que aún ronda el 30 por ciento del electorado.