La Universidad Autónoma de México (UNAM) prepara plan para erradicar cuatro grupos peligrosos de porros en la máxima casa de estudios.

Si bien aún se trabaja en el mapa para identificar cuántos grupos son y cuál es su beligerancia, el secretario de Prevención, Atención y Seguridad Universitaria, Raúl Arcenio Aguilar Tamayo estimó que en la actualidad hay menos de 20 grupos.

«Históricamente, pues sí, eran más de 50, pero actualmente yo podría decir que cuatro son los complicados (grupos de porros). Yo creo que hay un grupo por cada bachillerato y en algunos llega a haber dos; otros son más bien históricos que francamente ya no operan, entonces sí hay grupos que realmente son muy peligrosos y otros que tienen una nocividad mucho más reducida. Los que operan en el norte de la ciudad son muy complicados, es decir, los de la FEN de Naucalpan, los del 3 de marzo que operan en la zona de Vallejo, los de la prepa 9, Pedro De Alba, y de la prepa 8”, señaló.

En entrevista, el encargado de la seguridad en la Universidad Nacional explicó que, una vez que se tenga claridad sobre los grupos y sus áreas de influencia, se involucrará a las autoridades de gobierno para pedir su apoyo concreto, a fin de minimizar los riesgos del fenómeno.

Mientras, en la parte social habrá una comisión de investigación en la que se buscarán nuevas estrategias para lograr que los estudiantes no se enganchen en esos grupos.

«Sabemos que el reconocimiento, el sentirse parte de algo es muy importante para los jóvenes del bachillerato. Entonces, conociendo el fenómeno, pretendemos encontrar nuevas soluciones que permitan que cada vez sean menos los estudiantes que sean impactados o que quieran pertenecer a esos grupos”, dijo.

En meses pasados se anunció la conformación de un grupo interinstitucional integrado por la UNAM, IPN y el Colegio de Bachilleres para combatir a grupos porriles en escuelas de educación media superior de manera conjunta.

Aguilar Tamayo adelantó que en un par de meses se tendrá un primer mapa básico de cuántos grupos hay en cada escuela, dónde operan y quiénes son sus antagónicos, pero más adelante se pretende identificar a los liderazgos y hasta cómo se financian.

«Digamos que vamos por los dos lados, por el lado reactivo para tratar de evitar que vuelva a pasar una desgracia como las que han sucedido con los jóvenes, pero por el lado preventivo también para darles alternativas a los jóvenes. Por eso es necesario que se trabaje conjuntamente y se tengan trabajos de inteligencia donde se vea que detrás de esas agrupaciones puede haber inducción a jóvenes menores de edad al consumo de sustancias o alcohol, e inclusive a actuar de manera violenta.

«Se tiene que trabajar de manera profunda para lograr desarticular los liderazgos; una manera que permitiría reducir esos riesgos es una investigación profunda de las autoridades y nosotros estamos también en la medida de nuestras capacidades estamos puestos para hacerlo, para ubicar la financiación y ponerle un alto a eso”, insistió.

Raúl Arcenio Aguilar Tamayo estimó que la coordinación es fundamental para acabar con grupos porriles.

Mención de publicaciones que refieren que estos grupos obtienen financiación tanto del ámbito político como del ámbito escolar.

(EXCÉLSIOR)

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