Hasta 20 por ciento del gremio ha fallecido durante la pandemia y 50 por ciento se ha contagiado.
Con más de 6 mil 762 hospitalizados y al menos 23 mil 292 muertos reconocidos por Covid-19, crematorios y funerarias de la Ciudad de México están desbordados en su «nuevo pico».
La misma situación se registra en otras ciudades, como Monterrey y Guadalajara.
Pese a que duplican horarios y realizan incineraciones hasta en la madrugada, los 17 crematorios en la Capital del País no son suficientes.
De acuerdo con testimonios, tardan más de 48 horas en cremar un cuerpo y la espera de nuevos deudos aumenta.
«Este segundo rebrote, el sector funerario lo ve ya muy preocupante, es alarmante. Aunque la autoridad ha puesto todas las facilidades y hemos trabajado de la mano, lamentablemente ya no nos damos abasto», explica David Vélez, presidente de la Asociación de Propietarios de Funerarias y Embalsamadores de la CDMX.
El manejo de miles de muertos sin descanso en 10 meses de la pandemia los marca. Hasta 20 por ciento del gremio ha fallecido durante la pandemia y 50 por ciento se ha contagiado.
«Ya no sé si estoy estresado o estoy loco, así en esa magnitud. Da mucha pena comprender a alguien que te ruega que le hagas un servicio funerario», añade Vélez.
El aumento de muertos es tal que se dimensiona hasta en procesos burocráticos. Un trámite que antes se realizaba en 10 minutos para liberación de cadáveres, ahora les toma hasta 12 horas.
La Asociación de Funerarias estima que los decesos aumentaron 500 por ciento comparado con un año sin pandemia y más de 100 por ciento contra el primer «pico».
En Monterrey, empleados de funerarias como Protecto Deco Santa Catarina admiten que la entrega de cenizas podría tardar desde 15 días hasta un mes, mientras que en la sucursal del Centro reciben entre 10 y 12 cuerpos al día, cuando antes no pasaban de cinco.
Un ejemplo: las cenizas de María del Rosario, de 73 años, quien murió el 26 de diciembre a causa del Covid-19, no habían sido entregadas hasta ayer a sus familiares.
En Guadalajara, de enero a diciembre de 2020, en los dos crematorios municipales se incineraron 2 mil 13 cadáveres, mientras que en 2019 fueron 769, lo que representa un aumento de 161.76 por ciento.
«Es más del doble lo que se ha incrementado (…) Tenemos los cuatro hornos funcionando al 100 por ciento», comentó el director de Cementerios del Ayuntamiento tapatío, Alberto Martínez.