Aunque ha pasado casi un año desde que Alejandra de la Paz asumió la dirección del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), aún no ha tenido tiempo de visitar ni escuchar las peticiones de los músicos de las orquestas Sinfónica Nacional (OSN), de Cámara de Bellas Artes (OCBA), del Coro de Madrigalistas ni de Solistas Ensamble.
«Enfrentamos la ausencia de la directora”, dice a Excélsior Edgardo Nieto, cantante y presidente del Comité Ejecutivo del Sindicato Nacional de Grupos Artísticos (SNGA). Esto, luego de encabezar las protestas, desde el pasado viernes, en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, que han evidenciado las condiciones precarias que enfrentan los grupos artísticos del INBAL, que van desde las malas condiciones en su sala de ensayos (el Teatro Regina) hasta problemas para ocupar plazas o contratar músicos extra.
Desde enero pasado, los músicos solicitaron atender diversos problemas, para lo cual han sido atendidos por Víctor Mejía, subdirector general de Administración del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, quien se ha limitado a comentar que ‘ya se está viendo qué hacer’, pero a la fecha los músicos no han visto resultados. “Hasta el momento, nosotros no tenemos un documento que diga qué día de octubre se realizará qué tipo de trabajos; no hay un cronograma de la supuesta atención de los problemas”, expone Edgardo Nieto.
¿Qué exigen los músicos?
Entre las exigencias, Nieto menciona las deficiencias del Teatro Regina, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, debido a que los salones de ensayos carecen de aire acondicionado, sus pisos de duela están desgastados, deformes, podridos y registran faltantes, además de que en algunos de los salones de estudio se registran goteras, humedades y atriles rotos o desvencijados.
Otro tema delicado es que al menos la mitad de los 12 pianos del Teatro Regina, que sirven para ensayar, registran una maquinaria obsoleta y, según los especialistas, han cumplido su vida útil. ‘Hay un piano en el Teatro que tiene un letrero que dice: ‘No mover, porque se puede desbaratar’, describe Nieto.
A esto se suma el hecho de que al menos tres de los cuatro archivos documentales que resguarda Teatro Regina tienen humedad, moho y carecen de personal capacitado en conocimientos musicales como archivísticos, por lo que el material sólo es apilado.
Un caso especial son las partituras de Luis Sandi, fundador del Coro de Madrigalistas del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, que nunca han sido tratadas adecuadamente y están arrumbadas en una condición deplorable”, explica otro de los músicos que integran el comité de grupos artísticos.
Finalmente, respecto a los instrumentos orquestales que son propiedad de INBAL (cerca de 10), detallan que éstos nunca han recibido mantenimiento y, en ocasiones, los propios músicos han pagado su reparación, aunque el caso más extremo son los tres contrafagotes y seis cornos franceses que están casi inservibles.
Con información de Excelsior
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